El verdadero hincha de fútbol sigue a su equipo a donde sea, lo apoya, lo alaba en la victoria y lo anima en la derrota, sea un club pequeño de barrio o el clásico más grande, pero lastimosamente usan el futbol o cualquier actividad para hacer de este mundo un verdadero infierno; son otra muestra más de cómo buena parte de la humanidad va perdiendo el Espíritu de Dios.
Las barras colombianas en su afán de seguir el ejemplo de las argentinas, desde ese momento podemos decir que se permeó la violencia en el barrismo nacional y convirtiéndose en Barras Bravas, deberían buscar la manera de tolerar a los hinchas de otros equipos, y no matarse, porque lamentablemente el futbol está mal visto en Colombia, ir al estadio ya no es como antes, uno ya no puede ir en paz y disfrutar tanto del espectáculo del futbol y el barrismo, la violencia se nos está llevando a la gente de a poco, es muy bonito estar en este ambiente, pero ningún equipo en Colombia ha podido controlar la violencia y sobre todo la intolerancia hacia los equipos rivales. Cualquier hincha con camiseta en un estado de alicoramiento o drogado, le puede quitar la vida a otro que quizás ni fanático sea y esto les pasa a todos los equipos. Muchas barras son esforzadas y no por su cantidad, sino por el sentimiento que tienen hacia un equipo de fútbol, sin importar si es del pasto, América de Cali, verde o del azul o del león o del que sea, los dos tipos de barras:
Una barra brava viene con ideología argentina, cumbias, murga, vino.
Una barra ultra tiene ideología europea, son más toscos en sus cánticos, son más insípidos, sus orquestas son de tambores más toscos que las murgas y tocan ritmos diferentes.
Una nota de cristal de: Diego Fernando Pascuaza Martínez. Estudiante de Trabajo Social de la Fundación Uniclaretiana.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
