
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este miércoles 29 de enero que no habrá más financiamiento a los partidos políticos en el país. Esta decisión se produce tras la aprobación por parte de la Asamblea Legislativa de una reforma constitucional que elimina la llamada “deuda política”, un mecanismo que permitía a los partidos recibir fondos públicos basados en los votos obtenidos en elecciones anteriores. Bukele expresó en su cuenta de X que esta medida responde a una promesa hecha a la ciudadanía, afirmando: “No más financiamiento de partidos políticos con el dinero del pueblo”.
La reforma fue ratificada por la Asamblea, dominada por el partido oficialista Nuevas Ideas (NI), y ha generado una intensa controversia en el ámbito político. El diputado Caleb Navarro, del mismo partido, indicó que esta medida también busca evitar la influencia del narcotráfico y el crimen organizado en la política salvadoreña, argumentando que el financiamiento público es esencial para mantener la independencia de los partidos.
Sin embargo, críticos de esta reforma, como Manuel Flores del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), han señalado que la deuda política es crucial para prevenir la penetración de fuerzas oscuras en el sistema político [3]. La eliminación del financiamiento estatal obligará a los partidos a buscar nuevas formas de autofinanciamiento, lo que podría cambiar drásticamente el panorama político en El Salvador.
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