Hoy que pasto feliz en los potreros de Colombia, hoy que junto a los míos esperamos ansiosos que llegue el año 2027 para que entre a regir la ley que prohíbe las corridas de toros, le doy gracias a la ciudadanía quindiana, a las organizaciones ambientalistas, sociales y animalistas, y a las personalidades que sin temor a los garrotazos de la policía, sin temor a los calabozos, dedicaron sus fuerzas y su tiempo a defendernos de la tortura y asesinato a que éramos sometidos, Los quindianos fueron pioneros, lo lograron con diez años de anticipación. La abolición desde el año 2014 de ese horrible espectáculo de sangre tortura y asesinato en el Quindío, nos dio la esperanza de que en todo mi país se podía lograr, y se logró.
En nombre mío y de todos mis hijos y hermanos en todos los potreros de mi patria, le doy un agradecimiento total a los quindianos, que le pusieron el lomo al palo que les daba la policía, sin temor a la oscuridad de los calabozos, y con amor y sin violencia, solo con su dolor por nuestro dolor, resistieron sin tirar una sola piedra, respondieron con amor al odio injustificado de la policía. Gracias a muchos periodistas que estuvieron de nuestro lado, del lado de la vida, en contra de la crueldad. Gracias a toda la juventud quindiana, gracias a los obispos que declararon públicamente su rechazo a la tortura y asesinato en la plaza de toros el Bosque, gracias Toribio, su grito en las calles era nuestro alivio en las plazas, gracias a los lideres nacionales, que acompañaron a los quindianos en nuestra defensa, Animal Naturalis, Resistencia Natural, la revolución de la cuchara, Plataforma ALTO, Animal Defenders Internacional, La federación colombiana de liberación animal, gracias a UPPAA en Pereira y Jhon Hemair en Manizales, y especialmente gracias a todos estos muchachos y muchachas que aparecen en estas fotos, y cuyo nombre no recuerdo. Y hoy once años después del logro en Armenia, gracias a Colombia sin toreo, a la bancada animalista, y a todos los congresistas que votaron para que en Colombia, mi patria, el espectáculo de sangre tortura y asesinato que son las corridas de toros, pasen a ser un feo recuerdo, y yo, y mis hermanos, y mis hijos y los hijos de los hijos, podamos morir en paz, la paz de los potreros.
Una nota de cristal de: Gonzalo Osorio Toro, columnista RJ
