En la pasada fiesta de las flores, sucedió un acontecimiento de suma importancia para la literatura colombiana, de la cual los antioqueños se sienten muy orgullosos. Estoy seguro de que los poetas antioqueños como León de Greiif, Epifanio Mejía, Porfirio Barba Jacob, Manuel Mejía Vallejo, y Gonzalo Arango entre otros, están de fiesta en el cafetín de los poetas; el mismo que queda en la esquina que hay entre el cielo y las estrellas, por la irrupción de tan eximio poeta en la literatura universal. Nunca se había visto tal delirio paisa ante la aparición de un poeta tan joven con una nueva expresión literaria, su aparición en el festival de la trava, perdón, trova agotó todos los aplausos.
Los críticos literarios no han sabido apreciar esta nueva expresión de la literatura antioqueña, pues ni una sola línea le han dedicado. El manejo pulcro del lenguaje y la profundidad de su pensamiento no se veía en la literatura paisa, desde los tiempos del cuasi nobel León de Greiff. Le pregunte a Federico Taborda joven poeta antioqueño, por el nuevo poeta conocido en el bajo mundo como Cocoliso, y guardó un receloso silencio. Se avecina un concurso de poesía entre los poetas paisas, me atrevo a asegurar que el nuevo poeta tiene el triunfo asegurado, ya que el correo de las brujas me dice que el jurado estará integrado por los académicos María Fernanda Cabal, Miguel Polo Polo, J P Hernández, y el laureado lingüista Federico Gutiérrez.
Ahora en serio, no sé si los paisas se sienten orgullosos del señor Cocoliso, no sé si consideran que ese señor sea su representación cultural, y que amerita haberse ganado el primer puesto como rey nacional de la trova, una práctica cultural tan respetable en el ámbito mundial, conocida como repentismo con diferentes formas de expresión en la cultura universal. Supongo que el jurado está en el mismo nivel que el repentista ganador. El lenguaje utilizado, no es más que un lenguaje fecal de alcantarilla. El humor, la ironía y el sarcasmo son un verdadero arte en los trovadores decentes, pero el insulto y la difamación a cualquier persona sea al presidente de la república o al que barre los corredores, es aceptable solo en un jurado calificador que piensa igual que el concursante, y por eso le dieron el primer puesto. El alcalde de Medellín por su investidura y la de la persona insultada públicamente, ha debido salir a descalificar al competidor y al jurado. Si tuviéramos una procuraduría imparcial con el presidente, ya estaría abriendo investigación por que el acto escenario del insulto, se organizó con dineros públicos y el ganador tuvo que ser objetado por la administración municipal ya que se le pagaron 25 millones de pesos por tildar al presidente Petro de infeliz, hijueputa y marica.
Quien las usa se las imagina, por eso supongo que el poeta paisa Cocoliso sabe muy bien la dirección en Panamá donde hacen esos profundos masajes anales que le hicieron a ÉL no sé por cuanto tiempo, el gran poeta antioqueño Cocoliso quedó tan satisfecho que le recomendó Petro que fuera a Panamá para que se los hicieran durante cuatro días, Este poeta escatológico, hombre de alcantarilla, hace parte del equipo de un programa que fue grande y exquisito en los tiempos de Hernán Peláez, La luciérnaga, pero que con la conducción de Gabriel de Las Casas, navega en las mismas aguas pútridas del nuevo gran poeta antioqueño. Una cadena radial como Caracol, debiera tener una política de decencia, independiente de su posición frente a un gobierno determinado. Una persona, tan soez, grosera e inculta como el aplaudido paisa Cocoliso, no puede ni debe hacer parte de una cadena radial tan prestigiosa, dado que su lenguaje llega a un público que merece respeto.
Adenda. El muy culto Sergio Fajardo, disgustado porque el ministro de educación pronunció las palabras hijueputas y gonorreas, para referirse a ciertas personas, cosa que no aplaudo, guarda un aprobatorio silencio ante el lenguaje fecal del nuevo poeta paisa, recuerdo que también apoyó a un candidato presidencial cuyo lenguaje es igual que el de Cocoliso. ¿Será que para el profesor Fajardo la calificación del lenguaje de alcantarilla depende de la ideología del emisor?
Una nota de cristal de: Gonzalo Osorio Toro
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