Compartir sin leer en las redes sociales: un problema de todos

“La ignorancia es atrevida”, dice un refrán popular. Y en las redes sociales, parece que se cumple a la perfección. Cada día, millones de usuarios comparten contenidos sin leerlos, sin verificarlos y sin reflexionar sobre ellos. Solo se dejan llevar por el titular, la imagen o el video que les llama la atención, o por el remitente o el emisor que les inspira confianza o simpatía. Así, contribuyen a la propagación de información falsa, engañosa o manipulada, que puede afectar negativamente a la sociedad.

Pero ¿Por qué lo hacemos? ¿Qué nos lleva a compartir sin leer en las redes sociales? Compartir sin leer puede tener varias razones. Algunas de ellas son la supuesta “falta de tiempo” o más bien el desinterés para leer el contenido completo, la confianza o la simpatía por el remitente o el emisor del contenido, el deseo de participar en la conversación, de expresar nuestra opinión o de apoyar una causa, la curiosidad o el asombro por el titular, la imagen o el video del contenido, o la presión social o el miedo a quedarnos fuera de lo que está pasando.

Pero compartir sin leer en las redes sociales trae consigo varias consecuencias. Al compartir contenidos sin verificar su origen, su veracidad o su contexto, podemos contribuir a la desinformación, la manipulación y la polarización de la opinión pública. Podemos difundir noticias falsas, rumores o teorías conspirativas que pueden generar confusión, miedo, odio o violencia en la sociedad. Además, podemos dañar nuestra reputación como usuarios responsables y críticos de la información, y perder la confianza de nuestros contactos o seguidores.

¿A quién beneficia y a quién perjudica este hábito de compartir sin leer en las redes sociales? Compartir sin leer no beneficia a nadie, sino que favorece los intereses ocultos o malintencionados de quienes crean o difunden esos contenidos. Pueden ser personas o grupos que buscan influir en la opinión pública, desestabilizar el orden social, promover agendas políticas o ideológicas, o simplemente ganar dinero a costa de la atención de los usuarios. Estos actores se aprovechan de la falta de criterio, de la pereza o de la curiosidad de los usuarios para difundir sus mensajes y lograr sus objetivos.

¿Qué podemos hacer para evitar este problema de compartir sin leer en las redes sociales? Lo primero es ser conscientes del problema y de sus implicaciones. Lo segundo es adoptar una actitud crítica y reflexiva frente a la información que recibimos y que compartimos. Lo tercero es seguir algunas recomendaciones básicas para verificar los contenidos antes de difundirlos. Estas recomendaciones son leer el contenido completo y no solo el titular o la imagen, revisar el origen y la fecha del contenido, contrastar el contenido con otras fuentes confiables, consultar sitios especializados en verificación de datos o fact-checking, y no compartir contenidos que generen dudas o sospechas.

Compartir sin leer en las redes sociales es un problema de todos. Nos afecta como ciudadanos y como consumidores de información. Por eso, tenemos la responsabilidad de informarnos bien y de informar bien a los demás. Solo así podremos construir una sociedad más informada, más democrática y más respetuosa.

Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción

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