
Israel rompió el alto el fuego vigente desde enero con una oleada de ataques aéreos y terrestres sobre Gaza en la noche de que este 17 de marzo. Según el primer ministro Benjamin Netanyahu, la decisión respondió al “reiterado rechazo” de Hamás a liberar a los rehenes israelíes sin garantías de fin a la guerra.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó al menos 330 muertos, en su mayoría mujeres y niños, y cientos de heridos en estado crítico. Entre los ataques más letales destacan los bombardeos sobre Jan Yunis, Jabalía y la ciudad de Gaza, donde familias enteras quedaron atrapadas bajo escombros.
El ejército israelí ordenó evacuar zonas fronterizas de Gaza, incluidas áreas previamente designadas como “humanitarias”. Organizaciones locales alertaron sobre la falta de refugios seguros y el colapso de hospitales, ya sin suministros médicos.
Por otro lado, lass familias de los 59 israelíes aún cautivos en Gaza acusaron a Netanyahu de “renunciar a sus vidas” al priorizar la ofensiva militar. Hamás advirtió que los rehenes enfrentan un “destino incierto” debido a los bombardeos.
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