Donar Sangre Cambia Tus Genes

Celulas_madre

Investigaciones recientes han revelado adaptaciones genéticas intrigantes en las células madre sanguíneas de los donantes de sangre frecuentes, apoyando la producción de nuevas células no cancerosas sin aumentar el riesgo de cáncer

Las células madre de donantes de sangre frecuentes desarrollan adaptaciones que optimizan la producción de células nuevas tras cada extracción. | Imagen: Shutterstock

Una investigación del Francis Crick Institute, publicada en la revista Blood, analizó el paisaje de la hematopoyesis clonal en donantes que realizan más de 120 donaciones y descubrió cómo sus células madre sangre desarrollan adaptaciones que optimizan la producción de células nuevas tras cada extracción, sin aumentar el riesgo de cáncer. El estudio, que comparó muestras de estos donantes frecuentes con otras de personas que donan menos de cinco veces, identificó mutaciones específicas en el gen DNMT3A que les permiten competir mejor bajo estrés.

Detrás de los datos: el equipo examinó a más de 200 donantes y descubrió que, aunque la presencia de hematopoyesis clonal (CH) era similar en ambos grupos, las mutaciones en el DNMT3A de quienes donan con frecuencia responden de forma más eficiente a la eritropoyetina (EPO), una hormona que aumenta tras cada donación de sangre. Estas variantes, a diferencia de otras mutaciones del mismo gen asociadas a leucemia, mejoran la capacidad de las células madre para regenerar glóbulos rojos sin alterar la función sanguínea normal.

Tras múltiples donaciones, el cuerpo selecciona naturalmente células con mutaciones que aceleran la producción de sangre, pero sin promover células cancerosas. Las células mutadas dominan gradualmente las no adaptadas, un proceso que explica cómo los donantes mantienen niveles saludables a pesar de cientos de extracciones. Los investigadores destacan que este hallazgo revela cómo el cuerpo humano desarrolla soluciones evolutivas para enfrentar estrés recurrente, reafirmando la seguridad de los programas de donación frecuente.

Los investigadores no encontraron diferencias significativas en la incidencia general de hematopoyesis clonal entre grupos, pero sí una composición única de mutaciones en los donantes recurrentes. Esto sugiere que la frecuencia de donación actúa como un selector que prioriza variantes genéticas con ventaja funcional, pero no vinculadas a enfermedades. Aunque no fueron parte del estudio, otros trabajos citan también que donantes frecuentes suelen tener presión arterial más baja, mejor balance de hierro y una percepción psicológica positiva de su rol en la comunidad.

El gen DNMT3A, clave en la regulación epigenética (actividad de genes sin alterar el ADN), podría inspirar futuras estrategias para tratar leucemias. Los autores subrayan que su trabajo no solo explica cómo protegen su salud quienes donan sangre con éxito, sino que también ofrece herramientas para entender mejor la relación entre estrés celular y cáncer. Limitaciones del estudio: se requiere profundizar en cohortes más diversas y otros factores que podrían influir en estas adaptaciones.

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