
El Cementerio Central de Palmira se ha convertido en un símbolo de memoria y reconciliación para las víctimas del conflicto armado en Colombia. Con la frase “Nos juntamos para encontrarles. Solo desaparece quien se olvida”, un mural recientemente inaugurado en este camposanto busca rendir homenaje a las personas desaparecidas y a sus familias, quienes han llevado a cabo una lucha incansable por la verdad y la justicia.
Este mural, creado en colaboración entre familiares de desaparecidos, firmantes del Acuerdo de Paz, miembros de la fuerza pública y diversas organizaciones sociales, está adornado con mariposas y flores de colores simbólicos: violetas, que representan la memoria y el amor persistente, y amarillas, que evocan la fortaleza y resistencia en la búsqueda. La obra no solo es un homenaje, sino también un recordatorio de la importancia de la no repetición de estos hechos.
El Cementerio de Palmira ha sido un lugar clave en la búsqueda de personas desaparecidas. Desde 1982, se han registrado allí más de 670 cuerpos no identificados o no reclamados, muchos de los cuales se cree que corresponden a víctimas del conflicto armado provenientes de diversas regiones del país. En este proceso, liderado por la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), ya se han recuperado 36 cuerpos, de los cuales dos han sido entregados a sus familias.
Este esfuerzo colectivo ha sido posible gracias a la participación de entidades como la Fundación Comité de Reconciliación, la Corporación Humanitaria Reencuentros y la Corporación Regional para el Desarrollo, con el apoyo de la Pastoral Social de Palmira y el Instituto Nacional de Medicina Legal. Según Luz Janeth Foreo Martínez, directora de la UBPD, este proyecto es un ejemplo de construcción de paz y reconciliación, donde antiguos antagonistas trabajan juntos para sanar las heridas del pasado.
El Cementerio de Palmira no solo alberga restos humanos, sino también historias de resiliencia, amor y esperanza. Este proyecto es un llamado a la sociedad para recordar que la desaparición forzada es una herida que debe ser erradicada de Colombia y que la memoria es el primer paso hacia la reconciliación.
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