Las tortugas son animales fascinantes y adorables, pero también pueden ser un peligro para la salud pública. Así lo ha advertido el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), que ha emitido una serie de recomendaciones para evitar el contagio de salmonela, una bacteria que puede causar enfermedades graves e incluso la muerte.
Según el CDC, el brote actual ha afectado a 26 personas en 11 estados. La fuente de la infección son las tortugas pequeñas, aquellas con un caparazón menor a 10 centímetros, que suelen venderse en mercados callejeros o ferias. Estas tortugas pueden portar salmonela en su piel o en sus heces, y transmitirla a las personas que las tocan o a los objetos que entran en contacto con ellas.
El CDC aconseja no comprar ni regalar tortugas pequeñas, y evitar besarlas o acariciarlas. Además, se debe lavar las manos con agua y jabón después de tocar una tortuga o su hábitat, y no comer ni beber mientras se interactúa con ellas.
Estas medidas son necesarias para prevenir el riesgo de contraer salmonela, una enfermedad que puede manifestarse con síntomas como diarrea, fiebre, dolor abdominal, náuseas y vómitos. En algunos casos, la infección puede propagarse al torrente sanguíneo y causar complicaciones más graves, como septicemia, meningitis o artritis. Las personas más vulnerables son los niños pequeños, los ancianos y los inmunodeprimidos.
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