La reciente publicación de las cifras del mercado laboral por parte del DANE ha generado diversas reacciones en el ámbito político, económico y social. Algunos sectores celebran la reducción de la tasa de desempleo y el aumento de la tasa de empleo, mientras que otros cuestionan la calidad y la sostenibilidad de los puestos de trabajo creados.
En primer lugar, es innegable que la disminución de la tasa de desempleo es una buena noticia, sobre todo si se tiene en cuenta que el país aún se está recuperando de los efectos de la pandemia y de las protestas sociales que afectaron la actividad económica. Sin embargo, hay que reconocer que el nivel actual de desocupación sigue siendo muy alto, tanto en términos históricos como comparativos. Según el DANE, en septiembre de 2023, la tasa de desempleo a nivel nacional fue del 9,3%, lo que marcó una reducción de 1,5 puntos porcentuales en comparación con septiembre de 2022, cuando fue del 10,7%. A pesar de esta mejora, se trata de la segunda tasa más alta desde 2001, solo superada por la del año pasado. Además, si se compara con otros países de la región, Colombia sigue teniendo una de las tasas más elevadas, solo por debajo de Brasil y Argentina.
En segundo lugar, hay que analizar con cuidado la composición y la calidad del empleo generado. Según el DANE, la tasa de participación en la fuerza laboral en general se situó en un 64,2%, mientras que en el mismo mes del año anterior fue del 64,1%. Por último, la tasa de empleo se ubicó en el 58,3%, mostrando un aumento de 1,0 puntos porcentuales en comparación con septiembre de 2022, cuando fue del 57,2%. Estos datos indican que hubo un incremento tanto en el número de personas que trabajan como en el número de personas que buscan trabajo. Sin embargo, también revelan que hay una brecha entre la oferta y la demanda laboral, ya que hay un porcentaje significativo de personas que quieren trabajar pero no encuentran empleo.
También, hay que tener en cuenta que no todos los empleos son iguales en términos de ingresos, estabilidad, protección social y condiciones laborales. Según el DANE, en septiembre de 2023, el 47% de los ocupados eran informales, es decir, trabajaban por cuenta propia o en actividades no reguladas. Esto implica que una gran porcentaje de los trabajadores no tienen acceso a prestaciones sociales como salud, pensión y cesantías, ni a garantías laborales como salario mínimo, vacaciones y prima. Esto refleja que hay una insatisfacción y una precariedad laboral entre una parte importante de los trabajadores.
En tercer lugar, hay que evaluar los factores que explican el comportamiento del mercado laboral y las políticas públicas que se han implementado para impulsarlo. Según el DANE, los sectores que más contribuyeron a la generación de empleo fueron el comercio, la industria y la construcción. Estos sectores se han beneficiado de la reactivación económica impulsada por el aumento del consumo interno y las exportaciones. Sin embargo, también se han visto afectados por los problemas estructurales que aquejan al país, como la baja productividad, la escasa innovación y la falta de competitividad.
el mercado laboral colombiano muestra signos de recuperación, pero también de fragilidad y desafíos. Se requiere una visión integral y de largo plazo que articule las políticas macroeconómicas, sectoriales y sociales para generar empleos de calidad, inclusivos y sostenibles.
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