El polvo lunar es uno de los mayores desafíos para las futuras misiones lunares. Este polvo, llamado regolito lunar, es muy fino y se adhiere a todo lo que toca, causando problemas técnicos y de salud. Además, cuando una nave espacial aterriza o despega en la Luna, el polvo se dispersa por el aire y erosiona el entorno. ¿Cómo se puede evitar este problema? La Agencia Espacial Europea (ESA) tiene una posible solución: pavimentar la Luna.
La ESA ha lanzado el proyecto PAVER, que significa “allanando el camino para la sinterización de regolito en grandes superficies”. El objetivo de este proyecto es convertir el polvo lunar en un material sólido y resistente que se pueda usar para construir carreteras y plataformas de aterrizaje en la Luna.
Para lograr esto, un equipo de la Universidad de Aalen en Alemania ha desarrollado un método innovador que usa un láser de dióxido de carbono para fundir el polvo lunar a altas temperaturas y transformarlo en un material vidrioso. Estos materiales vidriosos se pueden moldear en formas geométricas que se pueden ensamblar como piezas de Lego.
Este método tiene varias ventajas: aprovecha los recursos locales, reduce el riesgo de contaminación y daño por el polvo lunar, y facilita la movilidad y la seguridad de los vehículos y astronautas en la superficie lunar. Sin embargo, también tiene algunos desafíos: se necesita una fuente de energía alternativa al láser, como la luz solar concentrada, y se debe evitar que el polvo se acumule en las lentes. Además, el proceso es lento y requiere mucha precisión.
Pavimentar la Luna es una idea ambiciosa que podría cambiar la forma de explorar y colonizar nuestro satélite natural. La ESA espera que el proyecto PAVER sea un paso importante para lograr este objetivo y abrir nuevas posibilidades para la exploración espacial.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción