Julián Moreno: El Malabarista Colombiano que Brilló en el Cirque du Soleil

Julián Moreno (centro), protagonista del show Amaluna del Cirque du Soleil.

Julián Moreno, un talentoso malabarista colombiano, ha recorrido un camino extraordinario desde sus humildes inicios en las calles de Colombia hasta convertirse en una figura clave en el renombrado Cirque du Soleil o Circo del Sol en español, una destacada compañía de entretenimiento canadiense que ha revolucionado la forma en que se percibe el circo. Fundada en 1984 en Montreal, Quebec, por Gilles Ste-Croix y Guy Laliberté, esta organización ha crecido hasta convertirse en la mayor productora de circo del mundo, llevando sus espectáculos a más de 4000 empleados, incluidos aproximadamente 1300 artistas de diversas nacionalidades.

La historia de Julián es un testimonio de perseverancia, talento y la búsqueda incansable de un sueño que lo llevó a brillar en los escenarios más prestigiosos del mundo. Nació en el Lago Calima, en el Valle del Cauca, pero aún siendo muy pequeño se traslado con su familia a Pasto, donde desarrolló un amor por el arte que le acompañaría toda su vida. Sin embargo, su vida dio un giro drástico a los 12 años cuando decidió abandonar su hogar. Enfrentó una dura realidad, viviendo casi una década en las calles y luchando contra la pobreza y la indigencia. Durante este tiempo, se vio obligado a limpiar parabrisas, vender artesanías y hacer malabares en los semáforos de la costa caribe colombiana para sobrevivir.

El Arte como Refugio

A pesar de las adversidades, la pasión por el arte circense nunca se desvaneció. Julián encontró en el malabarismo una forma de expresión y una manera de ganarse la vida. Su talento innato fue alimentado por sus experiencias en las calles y su deseo de superación. A los 14 años, comenzó a fabricar artesanías y a tocar el tambor, lo que le permitió generar ingresos adicionales. Aunque su vida estaba marcada por la soledad y las dificultades, Julián nunca perdió su espíritu creativo.

El destino de Julián cambió cuando conoció a Nayda, una joven suiza, durante uno de sus viajes a Ecuador. Esta relación lo llevó a Europa, donde tuvo la oportunidad de perfeccionar sus habilidades circenses. En 2001, después de ahorrar algunos pesos, viajó a Suiza para reunirse con ella y comenzó a formarse en el Théâtre Cirqule de Ginebra.

Su paso por Europa fue fundamental para su desarrollo profesional. A través de un arduo entrenamiento que combinaba malabarismo con comedia al estilo payaso, Julián se destacó entre sus compañeros. De 60 aspirantes, solo 12 fueron seleccionados para el programa de entrenamiento de tres años; él fue uno de ellos.

La dedicación y esfuerzo de Julián pronto dieron frutos. Tras varios años perfeccionando sus habilidades y construyendo su carrera en Europa, recibió un correo electrónico que cambiaría su vida: una invitación para unirse al Cirque du Soleil. Para muchos artistas circenses, formar parte del Cirque du Soleil es el sueño más grande; para Julián, era la culminación de años de trabajo duro. En abril de 2023, hizo su debut en Montreal con la producción “Amaluna”.

A pesar de no haber completado la educación formal más allá del quinto grado, Julián ha demostrado ser un autodidacta excepcional. A sus 28 años, habla siete idiomas: inglés, francés, italiano, portugués, algo de ruso y recientemente ha comenzado a aprender mandarín. Esta habilidad lingüística no solo refleja su inteligencia sino también su deseo constante de aprender y crecer como artista.

En “Amaluna”, Julián interpreta el papel de un viajero que llega a una isla gobernada solo por mujeres. La historia aborda temas como la transición hacia la adultez y el empoderamiento femenino. Su especialidad en las artes circenses es la acrobacia y el malabarismo; sin embargo, también se destaca como base o portor —la persona que recibe y sostiene a otros acróbatas durante sus acrobacias—.

La historia de Julián Moreno es un poderoso recordatorio de que los sueños son alcanzables con esfuerzo y dedicación. Desde los semáforos hasta las grandes carpas circenses del mundo, su viaje inspira a muchos a seguir sus pasiones sin importar las circunstancias. Con cada actuación, continúa demostrando que no importa cuán difíciles sean los comienzos; con determinación y pasión se pueden alcanzar las estrellas.

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