La pandemia de COVID-19 sigue siendo una amenaza para la salud pública mundial, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado su preocupación por los efectos continuos de la enfermedad a medida que se acerca el invierno boreal. Según la OMS, se observan aumentos de hospitalizaciones e ingresos a unidades de cuidados intensivos en varias regiones, aunque los datos son limitados debido a la falta de informes de algunos países. La subvariante de Ómicron EG.5 está aumentando, aunque no hay una variante dominante en el mundo en este momento.
La principal preocupación es la falta de vacunación en personas en riesgo, y se instala a los vulnerables a no esperar para recibir dosis de refuerzo, especialmente ante la llegada de la temporada de invierno, que puede aumentar la propagación del virus en interiores.
La OMS ha solicitado un aumento en la vacunación y la vigilancia del virus, así como el cumplimiento de las medidas de prevención como el uso de mascarillas, el lavado de manos y el distanciamiento físico. La OMS ha recordado que nadie está seguro hasta que todos estén seguros, y que solo con la solidaridad y la cooperación se podrá poner fin a esta crisis sanitaria global.
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