La puja es ahora por ver, cuantos cientos (entre 500 y 800) millones de pesos van a pagar Las Empresas de Medina Integral (ACEMI) o entre otras; las EPSs cartelizadas y ya sancionadas y multadas por la Superintendencia de Industria y Comercio, a cada senador por cada voto en contra de la Reforma de la Salud. Es curioso ver como en aras de supuestamente pretender defender la salud pública de los colombianos a través de impedir la evidente y necesaria transformación del Sistema de Seguridad Social en Salud o de la no legalización del consumo, comercialización y producción de drogas ilegales, cuya, precisamente, ilegalidad es la que hace al negocio, en extremo rentable para quienes en muchos casos, reitero lo curioso, financian campañas políticas y lo que con seguridad genera violencia e impide la prevención, la educación y el control de su uso. Es claro que la democracia se convierte en solo una fachada cuando los verdaderos interés del Estado, dejan de ser los de defender los intereses del pueblo, para defender los del poder económico y peor aún, como ocurre en estos casos, los de mafias corruptas, delincuenciales y asesinas, conocidas como poderes fácticos o Estado Profundo.
Se dice que las grandes decisiones en Colombia, se tomaban no en el Centro de Bogotá, sino en un edificio sionista de la Calle 113, es evidente que las cosas van cambiando. Y es que estamos hablando, de pronto, de 3 de los negocios que más mueven dinero en el mundo: Las armas, las drogas ilícitas y la propia medicina ¿Quién ha sido capaz de confiar en un negocio que tiene como símbolo la figura de 2 serpientes y es idéntico al símbolo del comercio? Todos. El antiguo sistema de salud en Colombia colapso, aun en el papel, cuando se amplía la cobertura a todo el grupo familiar de los trabajadores, fácilmente triplicando el número de usuarios; siendo El ISS deficitario, desordenado y corrupto, era un caos; se nos hizo pensar que privatizarlo y desmonopolizar el servicio, lo iba a hacer eficiente, pero nos falló el cálculo; olvidamos que: Hecha la ley, hecha la trampa y fueron precisamente Palacino (ya convicto) y otros grandes empresario, banqueros e incluso multinacionales, quienes marcaron la pauta a través de su cartel, ya mencionado; se organizaron para entender la Ley 100/93, el SGSSS y hacer que esa rentabilidad razonable que les permite la norma, incluso pudiese desaparecer en carne propia, pero a través de evadir los ínfimos controles del Estado, se teletransportara por arte de magia, ya en una rentabilidad mafiosa, a terceros amigos o familiares, a través de la subcontratación con organizaciones “fachada”.
Todos entendieron, como seguramente lo tuvo claro El Matarife, desde las primeras ponencias de la Ley 100, que el negocio está en poder disponer a su antojo de cifras billonarias; los presupuestos de las EPSs son más grandes que los de la mayoría de ciudades y departamentos del País y la relación del número de empleos que se genera con esos mismos recursos, pueden ser el triple, lo que les brinda un poder inmenso, peor aún, históricamente, los dineros del régimen subsidiado en los territorios, los han manejado los grupos de autodefensa; poder que ha sido materializado electoralmente por muchos partidos políticos como La U, Cambio Radical y Centro Democrático; que son los que están en contra de la reforma porque ya no van a poder contar con esas fortunas, los usuarios van a poder disponer de una red abierta y competitiva (la supuesta mano invisible que brindarían la privatización y el mercado libre) de prestadores de los servicios asistenciales, administrativos y financieros. Desde luego, algunas de las críticas a la reforma, son acertadas y constructivas, pero en definitiva la reforma va y debe ser imparable.
A la Reforma a la Salud, desde luego la falta el último escoyo, el Senado de la República, percibida como la organización estatal con mayores índices de corrupción, corrupción medida en volúmenes de dinero que circula por debajo de la mesa; por debajo de las mesas de los mismos lobbies del Congreso, de los bares y restaurantes de los alrededores y se derrocha en rumbas y bacanales de la coyuntura legislativa.
La inquietud de algunas docenas de senadores indecisos, que desafortunadamente no van a votar a la luz de los argumentos, sino al ritmo de la danza de millones, es: ¿Con cuánto me tranzo? Prácticamente una puja.
Una Nota De Cristal De: Javier Astudillo Mercado
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
La cobertura en Salud,debe llegar a todos los colombianos 320 hospitales de mpios categoria 6 y menos que no alcanzan a cubrir las necesidades de sus conciudadanos 10 millones de pobres