En una reciente declaración, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, afirmó categóricamente que “nadie ha pensado en tocar a la JEP”, contradiciendo así las declaraciones del alto comisionado para la Paz, Otty Patiño. Patiño había sugerido el cierre de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), argumentando que se trata de una justicia transicional y transitoria.
Cristo enfatizó que el gobierno del presidente Gustavo Petro no tiene intenciones de modificar o cerrar la JEP. Recordó que Petro, en su rol de senador, se opuso firmemente a los intentos del anterior gobierno de desmantelar este sistema de justicia transicional. Según Cristo, la JEP es un pilar fundamental en el proceso de paz y reconciliación en Colombia, y su continuidad es esencial para garantizar la justicia y la reparación a las víctimas del conflicto armado.
La JEP, creada como parte del acuerdo de paz con las FARC, ha sido un mecanismo crucial para juzgar los crímenes cometidos durante el conflicto. Ha permitido que tanto excombatientes como miembros de la fuerza pública y civiles involucrados en el conflicto rindan cuentas por sus acciones. Además, ha sido un espacio para que las víctimas puedan ser escuchadas y obtener justicia.
Las declaraciones de Cristo buscan reafirmar el compromiso del gobierno actual con la paz y la justicia transicional. En sus palabras, “la JEP no solo es necesaria, sino que es una garantía de que los acuerdos de paz se están cumpliendo y de que Colombia está avanzando hacia una paz duradera”.
Por su parte, Otty Patiño ha defendido su postura argumentando que la JEP debe ser una institución temporal y que su existencia prolongada podría generar desconfianza en el sistema de justicia ordinario. Sin embargo, las palabras del ministro del Interior parecen haber zanjado el debate, al menos por ahora, asegurando que la JEP seguirá operando como hasta ahora.
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