La situación alimentaria mundial presenta un panorama contradictorio. Por un lado, los precios internacionales de los principales productos como cereales, aceites vegetales, y azúcar han bajado en los últimos meses, debido a una mayor oferta a causa de múltiples incrementos en materia de producción y disminución consecuente de intereses. Por otro lado, la producción mundial de cereales se prevé que aumente un 1,1% en 2023, superando el nivel récord del año anterior. Estos datos podrían indicar una mejora de la disponibilidad y el acceso a los alimentos a nivel global.
Sin embargo, esta tendencia positiva no se refleja en todos los países y regiones. Según la agencia de agricultura y alimentación de la ONU (FAO), los precios internos de los alimentos siguen siendo elevados y volátiles en muchos países vulnerables, especialmente en África subsahariana y Asia occidental. Estos países dependen en gran medida de las importaciones de alimentos, que se ven afectadas por los altos costos del transporte y las restricciones comerciales. Además, la producción local de cereales se prevé que disminuya en 2023, debido a factores climáticos adversos, conflictos armados y plagas.
Estas condiciones ponen en riesgo la seguridad alimentaria y nutricional de millones de personas, que ya sufren los efectos de la pobreza, el desempleo, la pandemia y el cambio climático. La FAO advierte que se necesita una acción urgente para apoyar a estos países y evitar una crisis humanitaria.
Una de las medidas necesarias es invertir en el desarrollo agrícola y rural de los países más afectados por la escasez y la inflación alimentarias. Estas inversiones permitirían aumentar la producción local de alimentos, reducir la dependencia de las importaciones, mejorar la infraestructura y el almacenamiento, diversificar las fuentes de ingresos y crear empleo. De esta forma, se contribuiría a mejorar la autonomía y la resiliencia de estos países frente a los choques externos.
La inversión en agricultura y alimentación no solo es una cuestión de solidaridad, sino también de interés común. Un mundo más seguro alimentariamente es un mundo más estable y pacífico. Por eso, es necesario que la comunidad internacional se comprometa a apoyar a los países más vulnerables y a cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible.
¿Cuales son los objetivos de desarrollo sostenible?
Los objetivos de desarrollo sostenible son un conjunto de 17 metas globales que abarcan aspectos económicos, sociales y ambientales para lograr un desarrollo humano integral y respetuoso con el planeta. Proponen erradicar la pobreza, proteger el medio ambiente y promover la paz y la justicia para todos. Solo así podremos garantizar el derecho a la alimentación para todos.
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