Psicología al aire: Abandono: La crisis de la alteridad.

Últimamente, se han hecho famosos los apegos y todo lo que gira alrededor de estos, dónde las personas de manera humorística reconocen en su gran mayoría pertenecer a una estructura de apego inseguro. Los apegos inseguros están dados por la poca confianza que puede generar esa persona que consideramos base segura, y por ello cuando nos encontramos con el mundo y debemos pedir ayuda, solemos recurrir a nosotros mismos. La complejidad del asunto radica en que esto no es un caso aislado y sumándole a eso la urgencia de la figura paterna en Colombia, nos recuerda constantemente en cada nueva generación las grandes carencias socioafectivas con las que contamos todos y todas.

Uno de los pilares que desestabiliza las relaciones primarias es el abandono, y el abandono en sentido real y simbólico, pues hay una suerte de paradigma donde la crianza la terminan por consolidar terceros ajenos a papá y mamá, esto debido a las exigencias económicas que demanda el medio, o en su defecto por la corta edad en la que deciden ser padres. Aunque ambos abandonos pueden construir un determinado tipo de crianza, esto no es una condición necesaria para que la persona adquiera relaciones inestables a futuro. Las personas desde sus resiliencias han permitido adaptarse a las carencias de sus diferentes entornos y aunque hay muchos factores que puedan dar cuenta del porqué de las familias colombianas, pero seguramente el abandono simbólico y real es uno de ellos.

Crecer en círculos familiares inestables o cambiantes son el causante de grandes dificultades del desarrollo, entre ellos el social, pues la resolución de conflictos, las habilidades socioafectivas, la autoestima, la autopercepción y otros más siempre van a estar relacionado con “¿por qué todo mundo decide irse de mi lado?”. El lugar entonces que ocupamos cae en picada y pasamos a pensar que no le importamos a nadie, y es así como el malestar adopta un lugar en el orden del pensamiento y nacen las inseguridades. Puede que no seamos particularmente especiales, pero si nuestros pensamientos empiezan una lucha con nosotros mismos, el resultado suele ser predecible.

La resiliencia como posibilidad de adaptación, casi que como un proceso de selección natural, permite en últimas afrontar no solo los malestares que generados por la cultura en que vivimos, sino también lo que hemos incorporado. Estar tan adentro de nosotros mismos niega las visiones de los terceros, es por eso que hay que mediar con lo que somos y lo que tenemos, porque la importancia no radica en una presencia constante, sino en la calidad de los recuerdos.

Una nota de cristal de: Enmanuel Cubides, Estudiante y representante de la facultad de Psicología de la Universidad del Valle.

Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción

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