El cambio climático es una realidad que afecta a todos los habitantes del planeta, pero especialmente a los más vulnerables. América Latina y el Caribe es una región que sufre las consecuencias de este fenómeno global, como lo demuestra la reciente encuesta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que revela el alto grado de preocupación y movilización de sus ciudadanos frente a esta amenaza.
Según el estudio, más de la mitad de los latinoamericanos cree que el cambio climático podría obligarlos a abandonar sus hogares y buscar refugio en otras zonas o países. Esta situación supone un desafío para la estabilidad social y política de la región, que podría enfrentarse a conflictos por el acceso a los recursos naturales y a la infraestructura.
El 88% de los encuestados apoya la adopción de medidas gubernamentales más estrictas para promover comportamientos respetuosos con el clima, como la reducción del consumo de energía, el uso de transporte público o el reciclaje. Asimismo, el 91% reconoce que el cambio climático tiene efectos significativos en su vida cotidiana, y solo un 5% se muestra escéptico al respecto.
Estos datos reflejan que los latinoamericanos son conscientes de la urgencia de actuar para mitigar y adaptarse al cambio climático, y que están dispuestos a participar activamente en este proceso. Sin embargo, no pueden hacerlo solos. Necesitan el apoyo y la cooperación de la comunidad internacional, que puedan facilitar los recursos necesarios para impulsar la transición hacia una economía más verde y resiliente.
El vicepresidente del BEI responsable de Clima, Ambroise Fayolle, ha expresado su compromiso con esta causa: “Los hallazgos de la Encuesta sobre el Clima del BEI en América Latina y el Caribe reflejan un sólido compromiso público en torno a la idea de que la transición hacia una economía más sostenible puede impulsar el crecimiento económico. En el BEI, estamos comprometidos en ayudar a la región a acelerar esta transición e incrementar la resiliencia frente a los efectos del cambio climático”.
Esperamos que este compromiso se traduzca en acciones concretas y efectivas, que permitan a los latinoamericanos enfrentar el desafío climático con esperanza y dignidad. No se puede permitir que el cambio climático se convierta en una fuente de sufrimiento y desplazamiento para millones de personas.
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