En las últimas semanas de agosto, el emocionante proyecto “Semillero de Comunicación y Periodismo Digital en Zona Rural del Quindío” está llegando a su culminación. Este ambicioso programa, auspiciado por el Ministerio de Cultura de Colombia a través del convenio 2362/2023 y respaldado por los recursos propios de Proyecto Roble Corporación Siglo XXI, ha dejado una huella significativa en la región.
El corazón del programa latió en tres sedes estratégicas: San José Fachadas en Filandia, Hojas Anchas con sus sedes en Villarazo y Barcelona Alta, en Circasia. Más de 200 estudiantes rurales tuvieron la oportunidad de participar y empaparse de los conocimientos impartidos por este semillero de comunicación y periodismo digital. Pero la influencia no se limitó solo a estas zonas rurales, ya que las instituciones educativas urbanas de Circasia también fueron beneficiadas con una extensión de la formación.
En esta etapa inicial, el programa no solo se centró en capacitar a los jóvenes en habilidades de comunicación y periodismo digital, sino que también demostró ser un catalizador para superar obstáculos significativos. La falta de conectividad en la zona rural, así como la escasez de computadoras actualizadas, eran barreras evidentes, pero con determinación y apoyo, el equipo logró vencer estos desafíos y allanar el camino hacia el éxito.
El impacto de este semillero va más allá de la adquisición de habilidades técnicas. Es una demostración tangible de que la inversión más valiosa que se puede hacer es en educación y cultura. En un país que se enorgullece de su biodiversidad única y su riqueza multiétnica y pluricultural, la educación se convierte en la fuerza impulsora que puede transformar comunidades y empoderar a las generaciones futuras.
“La semilla que plantamos hoy es la cosecha de mañana”, expresó emocionado uno de los líderes del proyecto. Gracias al respaldo generoso y visionario del Ministerio de Cultura de Colombia, este semillero de comunicación y periodismo digital se ha convertido en una poderosa iniciativa que no solo educa, sino que también siembra la esperanza de un futuro más prometedor.
El proyecto no se detiene aquí. Con la vista puesta en el horizonte, se vislumbra un programa permanente que prosperará a través de alianzas estratégicas con otras instituciones del departamento, la nación y los municipios. La semilla de la educación se convertirá en un árbol robusto, cuyas ramas se extienden para abrazar a toda la comunidad.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción