Un hallazgo astronómico ha puesto en jaque las teorías sobre la formación de estrellas cerca de los agujeros negros. Se trata del cúmulo IRS13, que se encuentra a solo 3 años luz del agujero negro supermasivo Sagitario A* en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Según un estudio publicado en The Astrophysical Journal, este cúmulo contiene estrellas mucho más jóvenes de lo que se esperaba, lo que sugiere que tuvo un origen turbulento y una migración hacia el agujero negro que favoreció el nacimiento de nuevas estrellas.
El estudio, realizado por un equipo internacional de astrónomos con la colaboración del Instituto de Astrofísica de la Universidad de Colonia (Alemania), se basó en observaciones realizadas previamente, y al telescopio James Webb. Los investigadores analizaron las propiedades de las estrellas del cúmulo IRS13 y descubrieron que algunas de ellas tienen una edad de solo unos 100.000 años, lo que es muy joven en términos astronómicos. Para comparar, nuestro Sol tiene alrededor de 5.000 millones de años.
La presencia de estrellas tan jóvenes cerca de un agujero negro supermasivo es un rompecabezas para los científicos, ya que se supone que las condiciones extremas que se dan en estas regiones deben impedir la formación de nuevas estrellas. La radiación intensa y las fuerzas gravitatorias deberían disipar el gas y el polvo necesarios para la formación estelar.
Sin embargo, el cúmulo IRS13 parece desafiar esta idea. Los autores del estudio proponen que este cúmulo se formó originalmente en otra parte de la galaxia y luego migró hacia el agujero negro debido a la interacción con otras estrellas y cúmulos. Durante este proceso, el cúmulo pudo haber generado un arco de choque en su parte superior, donde se encuentra con el viento estelar proveniente del agujero negro. Este arco de choque habría aumentado la densidad del material interestelar alrededor del cúmulo y habría favorecido la formación de nuevas estrellas.
Esta hipótesis explicaría por qué las estrellas más jóvenes se concentran principalmente en la parte superior o frontal del cúmulo, mientras que las más viejas se distribuyen por todo el cúmulo. Además, las estrellas jóvenes tienen una composición química diferente a las viejas, lo que indica que se formaron a partir de material enriquecido por generaciones anteriores de estrellas.
Este descubrimiento es importante porque nos ayuda a comprender mejor cómo se forman las estrellas en las regiones centrales de las galaxias, donde los agujeros negros supermasivos dominan la dinámica y la evolución.
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