Las afirmaciones realizadas por el exvicepresidente Vargas Lleras ha nombre de algunos empresarios, han generado grandes críticas, en donde Lleras asegura que: «muchísimos empresarios me han manifestado, “nosotros sí tenemos un plan B: antes que esa reforma sea sancionada vamos a sacar a miles y miles de personas, pero no se quedarán amparados por esas normas” lo que el Gobierno sabe y a lo que no le ha parado bolas »
Es por esto que desde revista Juventud manifestamos que alguien que simpatice con los deseos de los empresarios que prefieren “despedir a miles y miles de personas” antes que garantizar los derechos laborales, y crucifique un proyecto de ley que busca reconocerle a los trabajadores una mayor parte de las riquezas que producen. Sencillamente es alguien por quien no vale la pena votar en las elecciones regionales. Ni por un partido político como lo es el Partido Cambio Radical que respalda a estos mensajeros que entorpecen el cambio y promueven el continuismo.
La reforma laboral que propone el gobierno de Gustavo Petro ha generado una fuerte polémica en el país, especialmente por las críticas del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien la calificó como una “masacre laboral” que destruiría miles de empleos y afectaría la competitividad de las empresas. Sin embargo, esta reforma tiene aspectos positivos que deben ser reconocidos.
En primer lugar, la reforma laboral busca garantizar la estabilidad laboral y el contrato a término indefinido para los trabajadores del sector privado y público, lo que implica una mayor protección de sus derechos y una menor precarización del empleo. Además, la reforma limita la tercerización laboral y regula el trabajo en plataformas digitales, reconociendo la relación laboral entre los domiciliarios y las empresas que los contratan, y otorgándoles beneficios como seguridad social, vacaciones y prima.
En segundo lugar, la reforma laboral busca mejorar las condiciones salariales y de jornada de los trabajadores, aumentando el recargo por trabajo dominical y festivo del 75% al 100%, adelantando la jornada nocturna, y creando un reajuste anual obligatorio de todos los salarios según la inflación. Estas medidas buscan aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores, incentivar el consumo y la demanda interna, y reducir la desigualdad social.
En tercer lugar, la reforma laboral busca fortalecer el diálogo social y la negociación colectiva entre los sindicatos, los empresarios y el gobierno, permitiendo la huelga en los servicios públicos esenciales siempre que se garantice un servicio mínimo, y ampliando la licencia de paternidad a 12 semanas, de manera progresiva, para promover la corresponsabilidad familiar. Estas medidas buscan mejorar el clima laboral, fomentar la participación de los trabajadores en las decisiones que los afectan, y equilibrar las relaciones de poder entre los actores sociales.
La reforma laboral del gobierno de Gustavo Petro es una oportunidad histórica para avanzar hacia un modelo económico más justo, solidario e incluyente. Frente a las advertencias manifestadas por algunos empresarios, y anunciadas por el exvicepresidente Vargas Lleras. Queda solo dejar en claro que al promover el continuismo de la precarización laboral, se están defendiendo los intereses de una minoría privilegiada. La reforma laboral no es una masacre laboral, sino una apuesta por el trabajo decente y digno para todos y todas.