La NASA ha revelado un significativo anuncio global: ha encontrado indicios de vida en uno de los exoplanetas más cercanos a la Tierra, Proxima b. Este planeta rocoso orbita alrededor de Proxima Centauri, a aproximadamente 4,2 años luz de distancia. Según la agencia espacial, el telescopio James Webb ha identificado señales de oxígeno, metano y vapor de agua en la atmósfera de Proxima b, lo que sugiere la existencia de organismos vivos. La NASA tiene previsto realizar una conferencia de prensa el próximo lunes para brindar más detalles sobre este hallazgo histórico.
Este descubrimiento surge de una extensa búsqueda de vida más allá de nuestro sistema solar, iniciada décadas atrás con el proyecto SETI y amplificada en años recientes con misiones como Kepler, TESS y el propio James Webb. Estos telescopios espaciales han permitido la identificación de miles de exoplanetas, algunos de ellos considerados como potencialmente habitables, entre los cuales destaca Proxima b, confirmado en 2020 por un equipo científico liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias.
Proxima b, una supertierra con mayor masa que la Tierra pero menor que los gigantes gaseosos como Júpiter o Saturno, se sitúa en la zona habitable de su estrella. Esto implica que recibe la cantidad adecuada de energía para mantener agua en estado líquido en su superficie, una condición esencial para la vida conocida. A pesar de estas condiciones favorables, Proxima b enfrenta desafíos significativos, como la intensa radiación y vientos estelares debido a su proximidad a la estrella, así como la posibilidad de tener una cara iluminada permanentemente y otra en oscuridad constante, generando notables contrastes térmicos.
La detección de gases como oxígeno, metano y vapor de agua en la atmósfera de Proxima b representa una sólida evidencia de actividad biológica, ya que estos gases son producidos o consumidos por organismos vivos en la Tierra.