La absurda tendencia de paraestatizar zonas y sectores del territorio colombiano parece ser una impronta profunda en el ADN de algunos representantes de las élites, gremios empresariales y “políticos”, de ello da constancia una tranquila lectura a los procesos de constitución del Estado Nación y la historia de nuestras más recientes décadas -desde la captura de la vida política por los partidos liberal y conservador con el tristemente célebre Frente Nacional, hasta la paraestización de la seguridad con las -también tristemente célebres-Cooperativas de Seguridad y Vigilancia y seguridad -Convivir- o Autodefensas o Paramilitares que, aun en nuestros días, lavan con sangre de las comunidades en los territorios sus putrefactos dineros ilícitos.
Constituir paraestados antes las ausencias, impotencias y precariedades del maltrecho Estado colombiano obedeciendo a supuestas intenciones altruistas, lo que hace es profundizar el debilitamiento del Estado, sus instituciones y los tejidos sociales solidarios de las comunidades, pues, dicho altruismo termina siendo patrimonialista, sectorial, excluyente y discriminador, actuando siempre en contra de la consolidación de lazos fuertes comunitarios y colectivos; esto bien puede decantarse del Informe de la Comisión de la Verdad (Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas).
De ahí, que resulta peligroso insistir, luego de tan dolorosas historias y tragedias oficiosamente develadas), en crear más paraestados, generalmente impulsados por gremios económicos, élites políticas, poderosos, ricachones y ricachonas, como recientemente lo ha hecho el señor Félix Lafaurie (otra vez Fedegan) con su llamado a conformar Frentes de Seguridad para cuidar vaqueros o ganaderos y la “vaca” pavimentadora del encartado Uribe Vélez y el gobernador de Antioquia.
De aquella pretensión de confrontar al Estado y su(s) gobierno(s) da cuenta la llamada “filosofía del objetivismo” en prosa de Ayd Rand, en el texto “La Rebelión de Atlas”, el cual es fuente de inspiración de los autodenominados “libertarios” como Javier Milei, Trump, Bolsonaro y otros en Europa. (véase el video “Dinero , Poder y Sueño Americano” de Michael Moore).
Ahora bien, una cosa es que “organizaciones al margen de la ley” construyan paraestado como lo han hecho y lo siguen haciendo grupos como los llamados disidencias de las Farc, quienes “entregan” a la comunidad escuelas, puestos de salud, ambulancia, carreteras, eso es una cosa que ocurre por acción de organizaciones por lo menos ilegales, y otra cosa es que esos propósitos de paraestados sean desde sujetos políticos, gremiales, económicos, que por lo menos son legales e institucionales, como Fedegan y su vocero, quien hoy es negociador del Gobierno en las conversaciones de la paz total, o del exsenador, exgobernador, expresidente, etc., con todas las institucionalidades posibles encima, o el institucional gobernador de Antioquia, quienes en términos formales se deben a las institucionalidades del precario Estado colombiano.
Si, ingenua y/o ladinamente se aceptan las “vacas”(Antioquia, el Caribe, y los Frentes de Seguridad), ingenua y/o ladinamente estamos concurriendo al estúpido camino propuesto en la Rebelión de Atlas; en lugar de “vacas” y otros embelecos, la opción adecuada y pertinente es que las élites, los gremios económicos, ricachones y ricachonas usen todo su poderío para no tolerar, ni cohonestar, ni practicar la Corrupción, la evasión y la elusión de impuestos, con lo que, a pesos de hoy, se roban, de lejos, más de 150 billones de pesos al año, allí está el dinero para todas las obras y necesidades en los territorios.
Nota: Por “Paraestado” se entiende la suplantación -por las buenas o por las malas- del Estado por actores sociales, generalmente poderosos, con ingentes recursos, control de territorio y de comunidades para beneficios particulares y patrimoniales, ello, ante la incapacidad, ausencia o debilidad del Estado y sus instituciones.
Una nota de cristal de: Carlos Arbey González, Sociólogo, docente Universitario.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
Señor Carlos geniales muy buenos días que interesante y preciso su comentario de lo que está sucediendo en estos momentos con la ilite burguesa de este país lindo y hermoso como lo es nuestra Colombia la cual esta utilizando sus mismas mañas rastreras y venenosas para demostrar al pueblo que con sus pretendidos vacas que están haciendo quieren tapar todo lo que han robado y traicionado al pueblo parece que les hiciera roncha ver un pais pujante y limpio de tanta corrupción como el que se está mostrando en este momento.
Excelente columna profe Carlos, interesante la introducción del término “paraestado” y su conjugación frente al “paraestatizar”, que implícitamente, se hace con ese mismo poder que tiene el Estado, es decir, se usa al Estado como medio (sus recursos, instituciones y demás), para suplantar al mismo. Por otro lado, es importante recordar que la expresión más cercana a ese paraestado en la urbe de las ciudades importantes de este país, lo vimos en el paro del 2021, con los ciudadanos de camisa blanca de ciudad jardín, los ataques sistemáticos a los protestantes y demás acciones que quedarán en la memoria y conmemoración del 28A.
Atinada descripción, de que todo, lo que proponen, la élites de la derecha, conlleva a descomponer aún más, el estado social de derecho.