El banquete de los dioses.

Unos años después,  hirviendo en la paila mocha, la más caliente de todas, los dioses criollos, de la riqueza, la mezquindad, la mentira, el hambre y la charlatanería, habrían de recordar la  tarde remota aquella,  cuando se reunieron citados por Pluto, el dios de Luís Carlitos el Sarniento y de papi Chard, alrededor de una mesa con ribetes de oro, a acordar un plan para defender su riqueza, y no permitir que los pobres, descendientes de Fames, diosa romana del Hambre pudieran tener una mejor calidad de vida. Vargas hijo de Larunda, deidad de la charlatanería, nacido en cuna de oro en la casa Lleras, tomó de la mano al Papi Char, y a Luís Carlitos el Sarniento, adorador de Pluto, impostando la voz de Torquemada, y al mejor estilo de Godofredo Cínico Caspa dijo con Belial acento “vamos a unirnos todos, no podemos permitir que un vagabundo  proletario, advenedizo en la presidencia, menoscabe nuestros intereses, en favor de unos cuantos pobres, que están destinados por la divina providencia, a vivir en el hambre y la miseria. Ni más faltaba que ahora quieran comer como nosotros, pasear como nosotros y vivir como nosotros. Eso sería el caos”. Seth, dios egipcio de la maldad, aplaudió con vehemencia al igual que el griego Limos y la romana Fames, dioses del hambre. Varguitas, hijo de Larunda, ovacionado por los dioses griegos y romanos, y por los criollos adoradores de pluto, propuso un nuevo banquete, en la terraza del club El nogal, al cual asistieron César el pereirano, con ínfulas de emperador, Dilian Francisca, la descendiente de las malas compañías vallunas, Efraincito Cepeda el godarrio émulo de Godofredo Cínico, y el paisa Alvarito, disfrazado del egipcio Seth, dios de la maldad. Se sirvió la mesa por el barcelonés Ferran Adriá, pues los dioses criollos rechazaron los fríjoles y el sancocho, y a nuestros chefs, ya que se creen europeos. Claudita López, Jorgito Robledo, y Polo Polo con J P Hernández y Fajardo el tibio, con ropas desteñidas, fieles adoradores de Ápate, la diosa del fraude y del engaño, sirvienta de Hermes, estaban debajo de la mesa esperando que cayeran algunas migajas. Fajado el ballenero, como mínimo esperaba que le cayera una pechuga de ballena bien guisada.

La muy Cabal doña Cacerolina Lagañín, quien a sus sesenta años pendulea entre los brazos de su jardinero y el catre de su chofer, vestida de quinceañera con minifalda de tisú y unas hermosas tangas de seda de Kawamata, propuso para la unión plutónica el sonoro nombre  “TOCONP” pues la imaginación no le daba para más, nombre que fue rechazado por todos ya que creaba confusión y podía ser identificado como Todos Contra Petro, lo cual no era bueno, o Todos Contra los Pobres, lo cual era peor. En su inmensa torpeza, Jorgito Robledo adorador de Éride dios griego de la envidia, desde debajo de la mesa, esperando las migajas, propuso el nombre de “ANACO”.  Qué propuesta tan chimba gritó Lleritas, y lo cogió a coscorrones  “Cómo se le ocurre pendejo, Asociación Nacional de Corruptos, se le ocurre solo a alguien como usted, tenemos que dar la impresión de que queremos es salvar del caos a Colombia, no estando contra nadie, ¿O se lo explico con plastilina?”

En el banquete de los dioses, y de los ídolos de barro criollo, acordaron estorbar bajo la figura de la oposición, a todo lo que haga el advenedizo presidente. Dividir todo intento de unidad alternativa en las regiones, y unirse para derrotarla. Los dioses europeos volvieron a sus palacios, los lamezuelas salieron de debajo de la mesa ruñendo unos pocos huesos de cerdo que cayeron del banquete, Lleritas, Alvarito y César el emperador criollo,  y sus amigos salieron a contratar un monumento a Larunda, otro a Ápate y a Seth, y Luís Carlitos, el Sarniento y Papi char, a enfilar y afilar sus huestes periodísticas para difamar al advenedizo de la casa de Nariño, ayer Casa de Nari.

Adenda. Recuerden que el personaje literario favorito de los ídolos criollos, tragones asiduos en el banquete de los dioses, es aquel del Otoño del patriarca, el general Zacarías, el dictador eterno, cuya frase insigne se la saben de memoria y la recitan en todos sus banquetes “El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo”.

Una nota de cristal de: Gonzalo Osorio Toro.

Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción.

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2 thoughts on “El banquete de los dioses.

  1. como siempre el señor Osorio deja lecciones bien hilvanadas y con mucha sustancia,mejor descripción de las pretenciones pantacruelicas de estas gonorreas criollas con infulas de Neron queda muy dificil ,escogio muy bien Los lamejopos debajo de la mesa esos son ni menos y si mas

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