El dogma, entendiéndolo como el sistema de creencias que define en gran medida la identidad del individuo. Hace parte del hecho de que todos somos dogmáticos, ya que no se puede concebir acción y pensamiento alguno, si este no tuviera una intencionalidad fundamentalmente estructurada de fondo. Es por esto que ante el choque con otro sistema de creencias con el que no comparta las mismas idealizaciones, se genera una “pluralidad del dogma”. Que en el caso de la cultura colombiana forma el dogmatismo de la desinformación, promovido por los medios de comunicación tradicionales. Ante el dogmatismo de la desinformación se da una imposibilidad para que los grupos sociales con un sentido de identidad diferente, contradiga al impuesto. Dando pie a que micro sociedades como la universitaria se vean hoy permeadas por una cultura de la desinformación, disminuyendo el debate y generando la crítica despersonalizada y amparada por el anonimato. Estas condiciones anulan de plano el accionar de los grupos políticos dentro y fuera de las universidades.
Se resalta la importancia de excluir del término “grupos políticos” a aquellas personas que adoran la simbología y la pretensión de heredar su lucha sin siquiera participar de su accionar social, es decir, ah aquellos revolucionarios de plástico. Pues ante la crisis que viven los grupos políticos universitarios se está promoviendo un discurso tibio, que busca destruir, pero no debatir, y que busca imponer en vez de cuestionarse. Por esto se hace necesario el accionar de los grupos políticos universitarios, para
reinterpretar los discursos despersonalizados y replantear la cultura universitaria, hacia una menos dogmática.
El papel de los medios de comunicación hace parte de una de las fuentes que el individuo tiene para estructurar su concepción de la realidad, y su identidad. Es aquí donde los medios alternativos y el pensamiento crítico juegan un rol importante en la cultura universitaria. Es por esto que es importante no sacrificar un sistema de creencias en orden de formar parte de un discurso carente de pluralidad más allá de las redes, y de las ínfulas de “ambiente universitario” que se quiere promover. Pues es en gran medida por este discurso, que se impide el surgimiento de grupos políticos de cambio, ya que estos representan una amenaza para este discurso dogmático.
El sentimiento de imposibilidad y de carencia de un cuestionamiento lógico más generalizado que abunda en muchas de las culturas universitarias, en la juventud. Provienen de un dogmatismo de la desinformación que llevan a la despersonalización del discurso y su falta de sentido crítico. Pues, como alguna vez lo señaló Estanislao Zuleta “El dogmatismo es un hecho general que no puede ser erradicado por ninguna medida preventiva ni higiene filosófica, porque es la manera como se articulan las formas de identidad, los deseos, y las representaciones colectivas”.
Una Nota De Cristal De: Mateo Alejandro Galindo, Administrador de empresas en formación, Codirector Revista Juventud
