Hoy, me gustaría desviarme de la rutina habitual de esta columna de opinión en la que regularmente comento sobre temas políticos, sociales y juveniles para compartir con ustedes una experiencia personal que creo que vale la pena destacar. En un mundo donde la conexión genuina a menudo se pierde entre el ruido de las redes sociales y las distracciones diarias, hay momentos que nos recuerdan la belleza y el poder de la conexión humana.
Recientemente, me encontré mientras navegaba por la web con una carta de amor extraordinaria dirigida a una persona especial. Lo sorprendente de esta carta es que NO era la típica declaración de afecto o de amor que se encuentra en las redes sociales o en una pantalla, sino un testimonio sincero de valor y esperanza. La carta expresaba gratitud por el coraje de dar un paso adelante en una relación incipiente y el deseo de construir algo significativo y profundo juntos.
El autor de la carta destacaba la importancia de la valentía al decidir abrirse a la posibilidad de un amor verdadero, y la oportunidad de entender lo que era querer bonito y de forma sana. Reconocía el valor de su «Bonita» al dejar atrás la seguridad de la soledad y aventurarse en territorio desconocido, apostando por una conexión auténtica. Esta actitud no solo reflejaba una profunda admiración por la persona amada, sino también un profundo respeto por su crecimiento personal y su deseo de evolucionar juntos.
Lo que más me llamó la atención de esta carta fue su enfoque en el proceso mismo del amor. En un mundo obsesionado con los resultados inmediatos y la gratificación instantánea, el autor optó por valorar cada etapa, cada momento compartido, reconociendo que las mejores cosas de la vida llevan tiempo. Esta actitud de “paciencia” y compromiso me recordó la importancia de disfrutar el viaje, incluso cuando el destino final aún no está claro.
La carta también transmitía un profundo sentido de gratitud y aprecio por la presencia de su «Bonita» en su vida. Era evidente que cada palabra estaba impregnada de amor y admiración por ella, reflejando una conexión única y especial entre dos personas que estaban dispuestas a dar lo mejor de sí mismas por el bien del otro.
Al leer estas palabras, no pude evitar conmoverme por la sinceridad y la ternura con las que fueron escritas (y sí, leyeron bien, dije conmoverme). En un mundo lleno de distracciones y superficialidad, encontrar una conexión tan profunda y auténtica es verdaderamente inspirador. Nos recuerda que, en última instancia, son las relaciones humanas las que dan sentido y valor a nuestras vidas.
Con esto los quiero invitar a reflexionar sobre el poder del amor verdadero y la importancia de valorar cada momento compartido con quienes nos rodean. En un mundo lleno de incertidumbre y caos, son estas conexiones genuinas las que nos dan esperanza y nos recuerdan la belleza de ser verdaderamente humanos.
Una nota de cristal de: Alejandro Nieto Loaiza, Administrador de empresas en formación, Director Revista Juventud.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
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