Solicitar al Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO que en su reunión 46° incluya al Paisaje Cultural Cafetero Colombiano en la Lista Mundial de Patrimonio en Peligro en virtud del artículo 11 (4) de la Convención, debido al aumento del número de actos de destrucción intencional del patrimonio, a ver si de esta forma nos ayudan a conservar, hacer progresar y difundir el saber y velar por la conservación y protección del PCCC, los recursos naturales y la vida de los habitantes nativos.
En el contexto del Día Mundial del Agua, se plantea esta solicitud a la UNESCO, el PCCC puede hacer parte de la lista de Patrimonios en Peligro de Extinción, en la que se encuentran: el Parque Nacional Everglades Estados Unidos de América (2010), la Reserva de la Biosfera Río Plátano Honduras (2011), las Fortificaciones en el lado caribeño de Panamá: Portobelo-San Lorenzo (2012), la Ciudad de Potosí Bolivia (2014) y recientemente las Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California México (2019).
Es obligación de los Estados Parte en la Convención informar al Comité[2] lo antes posible sobre las amenazas a los sitios patrimoniales, los particulares, las organizaciones no gubernamentales y los grupos sociales también pueden llamar la atención sobre las amenazas existentes, como en este caso. Si la alerta está justificada y el problema es suficientemente grave, el Comité podrá considerar la posibilidad de incluir el sitio en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro.
Lo hacemos por la grave crisis ética de valores y principios de nuestra sociedad, hemos terminado por agotar y casi destruir el patrimonio natural, pasados 14 años desde la declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad los atributos y determinantes del PCCC NO se han armonizado con los instrumentos de Ordenamiento Territorial de los 51 municipios que lo conforman (21 dentro del POMCA -aprobado en 2008 y 2018- Cuenca del Río La Vieja), ninguna autoridad territorial desde 2011 se ha interesado en preservar el patrimonio y mucho menos respetarlo o protegerlo.
La contaminación de las fuentes de agua ha alcanzado niveles críticos, transformando quebradas y ríos en basureros y entornos altamente contaminados. Es evidente la pérdida casi total de los atributos, más la disminución drástica de los cultivos de café, que ahora representan menos del 25% por la expansión a tierra arrasada y sin control de monocultivos como el aguacate Hass, las urbanizaciones campestres y los proyectos turísticos.
Agencias paraestatales financiadas con presupuesto público promueven la extranjerización de la propiedad, miles de hectáreas están en poder de extranjeros “peligrosos” altamente cuestionados en sus propios países que invierten capitales “mágicos” que ninguna autoridad rastrea.
Se suman gremios que promueven fuertes procesos de gentrificación que arrasan y agotan los recursos naturales, destruyen las áreas protegidas que pese a la Ley 2da de 1959[3] existen monocultivos en predios en la zona de reserva forestal central clasificados en categorías agrológicas VI, VII y VIII, contaminando el agua con agroquímicos y plaguicidas prohibidos desde el siglo pasado, exterminan la fauna silvestre, envenenan la avifauna, han matado millones de abejas y expulsado a miles de campesinos cafeteros tradicionales.
En los pueblos desplazan a los emprendedores locales y promueven la urbanización de los suelos rurales y zonas suburbanas con altas densidades poblacionales que se abastecen de agua cruda sin tratamiento alguno, producen más RSU per cápita y no tratan sus aguas residuales ni los residuos que generan. Además de generar bullicio, conflictos y trancones en nuestras ciudades y pueblos.
Estos fenómenos constituyen actos de destrucción intencional exacerbando la contaminación y la inseguridad; la llegada masiva de nuevos residentes y seudoturistas que no gestionan adecuadamente sus desechos contribuyendo así a un aumento significativo de los pasivos ambientales que amenazan la vida en la región PCCC.
De 16 atributos del PCCC es evidente la dramática perdida de 11 de ellos, el área cultivada en Café (dejo de ser predominante y dejará de sembrarse en menos de un lustro), en los campos se observa la acelerada demolición de las casas cafeteras, heldas, silos y beneficiaderos, depósitos y cuarteles. Vemos ruinas y vestigios arquitectónicos de la otrora prospera cultura cafetera. No existen los rieles del Ferrocarril de Caldas y mucho menos sus corredores férreos, todos invadidos por asentamientos subnormales.
Para colmo de males los recursos públicos se malgastan en “cositas” sin prioridad sin criterios técnicos y sin importancia alguna, a la pérdida del estado de conciencia situacional de los gobernantes se suma la displicencia administrativa de servidores públicos, todo lo cual hace mucho más lamentable la situación en la región. Cierran con bronce de oro los organismos de control cuya premisa es el “laissez faire, laissez passer”.
Una nota de cristal de: Luis Alberto Vargas Ballén[1].
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
[1] Topógrafo y Economista, empresario, veedor ciudadano y miembro del Consejo de Cuenca del POMCA del Río La Vieja.
[2] Para informar al Comité del Patrimonio Mundial sobre amenazas a los sitios Patrimoniales, pueden comunicarse con la Secretaría del Comité del Patrimonio Mundial UNESCO. 7, place de Fontenoy 75352 París 07 SP Francia, Tel.: 33 (01) 45 68 18 71 Email: wh-info@unesco.org
[3] Zona de reserva forestal central, de 15 kilómetros hacia el lado Oeste, 15 kilómetros hacia el este del divorcio de aguas de la Cordillera Central, comprendida desde Cerro Bordoncillo, aproximadamente a 20 kilómetros al Este de Pasto, hasta el Cerro de los Prados al Norte de Sonsón.