investigadores de EE.UU. y Reino Unido desmienten teoría sobre la “reestructuración del cerebro en casos de lesiones neurológicas

El cerebro humano es un órgano fascinante y misterioso, capaz de adaptarse a diferentes situaciones y desafíos. Durante mucho tiempo, se ha creído que cuando el cerebro sufre una lesión que afecta a alguna de sus funciones, se produce una reorganización cortical, es decir, una redistribución de las tareas entre las distintas regiones cerebrales para compensar la pérdida. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista eLife cuestiona esta idea y propone una alternativa más plausible: el cerebro no se reconfigura, sino que utiliza capacidades latentes que ya existían antes de la lesión, las cuales se desarrollan con el fin de tener un accionar más significativo.

El estudio, realizado por investigadores de EE.UU. y Reino Unido, se basa en el análisis de casos de personas que han perdido la visión total o parcialmente debido a una lesión cerebral.

Según la hipótesis de la reorganización cortical, estas personas deberían experimentar un cambio en la forma en que su cerebro procesa la información sensorial, de modo que las regiones visuales se dedicarían a otras funciones, como el oído o el tacto. Sin embargo, los autores del estudio encontraron que esto no ocurre así. En cambio, lo que sucede es que el cerebro aprovecha la arquitectura preexistente para procesar las señales que recibía antes de la lesión, pero con una mayor eficiencia y precisión. Es decir, el cerebro no cambia su estructura, sino que mejora su rendimiento.

Los investigadores llaman a este fenómeno “reasignación cortical”, y lo consideran más coherente con la evidencia empírica y con los principios evolutivos del cerebro. Según ellos, el cerebro humano tiene una capacidad innata para procesar diferentes tipos de información en las mismas regiones, pero normalmente no lo hace porque no es necesario.

Cuando se produce una lesión que elimina una fuente de información, el cerebro activa estas capacidades latentes para suplir la falta. Así, por ejemplo, una persona ciega puede usar su corteza visual para procesar sonidos o tactos, pero no porque su cerebro se haya reorganizado, sino porque ya tenía esa capacidad desde el principio.

Esta nueva perspectiva tiene implicaciones importantes para la rehabilitación de las personas con lesiones cerebrales. En lugar de asumir que el cerebro se reorganiza mágicamente para recuperar las funciones perdidas, los expertos recomiendan enfocarse en la repetición, el aprendizaje y el esfuerzo persistente para estimular las capacidades latentes del cerebro. Así, se puede lograr una mejora significativa en la calidad de vida y en el bienestar psicológico de los pacientes.

Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción

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