
En los últimos meses, las pequeñas y medianas industrias en Argentina han estado atravesando un período prolongado de contracción. El presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Alfredo González, ha destacado esta preocupante tendencia, que marca el cuarto mes consecutivo de retroceso. En marzo de este año, estas industrias registraron una disminución del 11.9% en comparación con el mismo mes del año anterior.
A pesar de las medidas económicas implementadas por el gobierno para brindar cierta estabilidad a nivel macroeconómico, esta mejoría no se ha traducido en una recuperación real para la economía, especialmente para las pequeñas y medianas empresas. González ha señalado dos factores principales que contribuyen a esta situación: los altos costos de los servicios y la baja demanda de productos. Estos desafíos no son nuevos para el sector, que ha estado lidiando con problemas durante un período prolongado, aunque anteriormente no se había experimentado una crisis de esta magnitud. El aumento de la inflación en diciembre pasado exacerbó aún más la situación, dejando a muchas empresas con una capacidad financiera limitada para resistir la recesión.
La falta de consumo está afectando significativamente a estas empresas, dificultando su capacidad para mantenerse a flote en el corto plazo, y mucho menos para planificar a largo plazo. Los datos de la CAME muestran una caída mensual del 28.5% en enero, seguida de una disminución del 25.5% en febrero y del 12.7% en marzo. Aunque las tasas de contracción parecen estar disminuyendo ligeramente, aún no se ha visto ninguna señal de recuperación. La situación económica general del país no refleja la realidad de estas empresas más pequeñas y su lucha por sobrevivir en medio de condiciones difíciles.
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