La educación superior es un factor clave para el desarrollo económico, social y cultural de un país. Sin embargo, en Colombia, este sector se enfrenta a una grave problemática que afecta tanto a los docentes como a la calidad educativa: la precarización laboral de los profesores universitarios en la modalidad de contratación hora cátedra.
Los docentes hora cátedra son aquellos que se contratan por un número determinado de horas semanales para impartir clases, sin tener una vinculación laboral estable ni garantías de seguridad social, estabilidad, carrera docente o participación en la gestión académica. Según datos del Departamento Administrativo de la Función Pública, en 2021 el 64% de los docentes universitarios en Colombia eran hora cátedra, lo que evidencia la alta dependencia de este tipo de contratación en el sistema educativo superior.
Esta situación se debe a varios factores, entre los que se destacan: la adopción del modelo de Nueva Gestión Pública (NGP) en el sector educativo, que implica una mayor autonomía financiera y administrativa de las universidades, pero también una menor inversión pública y una mayor competencia por recursos externos; la flexibilización y desregulación del mercado laboral, que favorece la contratación temporal y por servicios; y la falta de una política pública que reconozca y regule las condiciones laborales de los docentes hora cátedra.
Las consecuencias de la precarización laboral de los docentes hora cátedra son múltiples y afectan tanto a nivel individual como colectivo. A nivel individual, los docentes hora cátedra sufren estrés, ansiedad, insatisfacción laboral, baja autoestima, deterioro de la salud física y mental, falta de oportunidades de formación y actualización profesional, entre otros. A nivel colectivo, la precarización laboral de los docentes hora cátedra impacta negativamente en la calidad educativa, al reducir el compromiso, la motivación y la pertenencia de los profesores con las instituciones; en la investigación, al limitar el tiempo y los recursos disponibles para desarrollar proyectos científicos; y en el desarrollo del país, al debilitar el papel de las universidades como agentes de transformación social.
Además de lo anterior, la precarización laboral de los docentes hora cátedra también genera otras consecuencias negativas, como: la desprofesionalización y desvalorización del trabajo docente; la pérdida de identidad y sentido de pertenencia con las instituciones; la fragmentación y debilitamiento del movimiento sindical; la vulneración de los derechos laborales y humanos; y el aumento de la brecha salarial entre los docentes hora cátedra y los demás empleados públicos.
Ante esta realidad, es urgente que se tomen medidas para mejorar las condiciones laborales de los docentes hora cátedra y reconocer su aporte al sistema educativo superior. Algunas posibles soluciones son: aumentar el presupuesto público destinado a la educación superior; crear mecanismos de evaluación y seguimiento de la calidad educativa que incluyan indicadores relacionados con el bienestar laboral de los docentes; establecer criterios claros y transparentes para la contratación y renovación de los profesores hora cátedra; garantizar el acceso a la seguridad social, la carrera docente y la participación en la gestión académica; y fomentar espacios de diálogo y concertación entre las autoridades educativas, las universidades y los sindicatos docentes.
La precarización laboral de los docentes universitarios hora cátedra es un problema que no puede seguir siendo ignorado. Se trata de una situación que afecta no solo a los profesores, sino también a los estudiantes, a las universidades y al país en su conjunto. Por eso, es necesario que se tomen acciones concretas para revertir esta tendencia y garantizar una educación superior de calidad, inclusiva y democrática.
Una Nota de cristal de: Alejandro Nieto Loaiza
