La tregua e intercambio de rehenes por presos entre Israel y Hamás, que debía finalizar el lunes, se prolongará dos días más, según anunciaron Hamás y el gobierno de Qatar. Ambas partes han respetado el acuerdo, que ha llevado a la liberación de 58 rehenes y 117 presos palestinos. Israel aún no ha respondido a la extensión.
El intercambio comenzará con 19 extranjeros liberados que no formaban parte del pacto. La mediación de Qatar, Egipto y EE.UU. facilitó el acuerdo, que implica la liberación de 50 rehenes israelíes a cambio de 150 presos palestinos, con provisiones para ayuda humanitaria y la posibilidad de extenderse hasta diez días si Hamás libera más cautivos.
La guerra entre Israel y Hamás comenzó en octubre, con ataques y secuestros, resultando en millas de muertos y desaparecidos.
Este es un hecho histórico que podría marcar un punto de inflexión en el conflicto palestino-israelí, que lleva décadas sin una solución pacífica. La tregua muestra que ambas partes son capaces de dialogar y negociar, aunque sea bajo la presión de una situación límite. También revela que hay actores internacionales dispuestos a mediar y facilitar el entendimiento, como Qatar, Egipto y EE.UU., que han jugado un papel clave en el acuerdo.
Sin embargo, no hay que caer en el optimismo ingenuo ni en el triunfalismo prematuro. La tregua es solo un paso, quizás el primero, hacia una paz duradera y justa. Quedan muchos obstáculos por superar, como el reconocimiento mutuo, el fin de la ocupación, el respeto a los derechos humanos, la creación de un Estado palestino viable y soberano, la seguridad de Israel frente a las amenazas externas y la reconciliación entre las facciones palestinas. Estos son temas complejos y sensibles, que requieren voluntad política, compromiso social y apoyo internacional.
Por eso, es importante que la tregua se aproveche como una oportunidad para avanzar en el proceso de paz, y no como una excusa para volver a las hostilidades.
La tregua e intercambio de rehenes por presos entre Israel y Hamás es una noticia esperanzadora, para seguir trabajando por la paz, con responsabilidad y solidaridad. Solo así se podrá poner fin al sufrimiento de millones de personas que viven bajo la sombra de la guerra.
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