En medio de la compleja situación que se vive en el frente nororiental de Ucrania, las autoridades denunciaron el uso de bombas de racimo por parte de Rusia, así como la ejecución de civiles y otros crímenes de guerra en la región de Kharkiv, que se ha convertido en epicentro de feroces combates.
El jefe de la Administración Militar de Kharkiv, Oleg Siniegúbov, denunció que “los ocupantes atacaron bárbaramente” la aldea de Buhaivka con munición de racimo, hiriendo a seis hombres de entre 28 y 50 años, uno de ellos su homólogo local. El ataque ocurrió mientras voluntarios asistían a vecinos expuestos a los constantes ataques rusos.
A esta grave acusación se sumó el ministro del Interior, Igor Klimenko, quien aseguró que las Fuerzas Armadas enemigas han ejecutado a civiles en Vovchansk. Señaló el caso de un residente abatido al intentar escapar, desoyendo órdenes de permanecer en los sótanos.
“El Ejército ruso está capturando civiles. Se sabe de las primeras ejecuciones”, afirmó Klimenko, precisando que la Policía ya investiga estos posibles crímenes de guerra, que se suman a tantos otros denunciados.
Pese a la difícil situación, Kiev asegura tener el control y reforzará sus unidades para “estabilizar” las posiciones en esta zona fronteriza, donde Rusia ha visto frustrados sus intentos de avanzar, según el presidente Volodimir Zelensky.
El alto mando de la OTAN confía en que Moscú no logrará una victoria estratégica por falta de efectivos y capacidad. “Ucrania está recibiendo grandes cantidades de municiones, sistemas antiaéreos y vehículos blindados que marcarán la diferencia”, agregó.
Las denuncias de ataques indiscriminados con armamento prohibido y ejecuciones sumarias de población civil en Kharkiv exponen una vez más las atrocidades cometidas por las fuerzas rusas en esta invasión, violando flagrantemente el derecho internacional humanitario. La comunidad internacional debe actuar con contundencia ante estos crímenes de lesa humanidad.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
