La educación es la base de la formación de conciencia necesaria para las transformaciones sociales de acuerdo a los intereses y derechos de las mayorías, garantiza el futuro de la sociedad, proporciona a las personas las habilidades y conocimientos necesarios para desempeñarse en diversos campos laborales y en la investigación científica.
Como mecanismo ideológico de dominación es herramienta preciada del establecimiento, pues trata simplemente de reproducir las condiciones de explotación. En muchos casos, el sistema educativo es utilizado por élites dominantes para perpetuar y legitimar desigualdades sociales transmitiendo, no solo conocimientos académicos, sino también habilidades, normas y valores que benefician a ciertos grupos sociales en detrimento de otros, es decir, la educación puede funcionar como un mecanismo de reproducción de la estructura social existente.
Igual puede ser también esa herramienta de desafío y movilidad, ese es el objetivo para lograr, la educación como la fuerza liberadora y transformadora que promueva la igualdad y justicia social.
El devenir de la sociedad nos muestra con claridad la necesidad de mejorar y transformar las políticas educativas, por eso, reconocemos a estudiantes, trabajadores de la educación y docentes que a lo largo de la historia han luchado por esos cambios, por garantías, por calidad en el sistema educativo y es ahora el momento de reivindicar esas luchas. La Ley Estatutaria de Educación, que acaba de aprobarse en segundo debate en la Cámara de Representantes, es producto de esas reivindicaciones históricas del movimiento estudiantil, docentes y trabajadores.
Desde 1927, año que inició la violencia estructural contra el movimiento estudiantil con el asesinato de Gonzalo Bravo, pasando por décadas de persecución a las luchas por el fortalecimiento de los sistemas de bienestar universitario, democracia y autonomía institucional, hasta hoy, como lo podemos ver con la lucha por la defensa de un método democrático en la elección del rector de la Universidad Nacional, es que se hace necesario que la educación en Colombia se transforme.
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Adicionalmente, la Ley Estatutaria de Educación, se hace también necesaria para sistematizar la jurisprudencia constitucional emitida desde hace 30 años, garantizar la seguridad de lo que la Corte Constitucional ha establecido en esta materia y también poder resolver problemas constitucionales o prácticos que siguen siendo barreras de garantía en el derecho a la educación.
La Ley Estatutaria que reglamenta la educación como derecho fundamental, buscar asegurar lo que hemos llamado “las tres A”:
Asequibilidad, es decir, las garantías de un sistema educativo con establecimientos, recursos y talento humano idóneo y suficientes para que en cualquier parte del territorio nacional se garantice este derecho. Accesibilidad, para que la educación esté al alcance de todas las personas de forma progresiva, con igualdad de oportunidades, sin ningún tipo de discriminación, con total respeto por la dignidad de todas y todos. Y por último, la Aceptabilidad, que corresponde a promoción y vigilancia por parte del Estado sobre las metodologías y procesos educativos para que sean adecuados a toda la comunidad y su contexto regional y cultural.
Ahora, y luego de la aprobación de esta ley en la Cámara de Representantes, ¿qué sigue?, le quedan aún dos debates en el Senado de la República, además del trámite de control constitucional y la sanción presidencial, para que se convierta oficialmente en ley. Así, tendremos Ley estatutaria que consagra la educación como derecho fundamental.
Ya vendrá la discusión de la Nueva Ley de Educación Superior, la que reformará la Ley 30 y con objetivos fundamentales, como:
1) Generar las condiciones para que haya una mejor oferta de educación superior,
2) brindar las condiciones para que más colombianos de escasos recursos y población vulnerable ingresen y se gradúen de la educación superior, adecuando el sistema con la realidad nacional y con las tendencias regionales e internacionales y
3) por último, fortalecer los principios de buen gobierno y transparencia en el sector.
Una nota de cristal de: Luis Alberto Albán, Representante a la Cámara por el valle del Cauca – Partido Comunes.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
