Es fácil no sentir temor por el poder
desmesurado de un gobernante o grupo de gobernantes cuando este poder te
favorece. El mito del Anillo de Giges es uno que se popularizó principalmente
por su aparición en el segundo libro de “La República” de Platón. El mito trata
en resumen de que un pastor de nombre Giges encuentra un anillo diseñado por el
mismísimo Hefesto, y al ponérselo descubre que se puede volver invisible para
todo sentido. Aunque al principio trata de poner su poder en utilidad del
pueblo, atacando bandidos y protegiendo ganados, con el tiempo el poder lo
consume y decide meterse al palacio real en Lídia (su isla natal) matando al
Rey, seduciendo a su esposa, y a su vez volviéndose él mismo el rey. Este mito
es utilizado por Platón como una advertencia sobre la facilidad con la cual el
humano utilizará su poder para abusar de otros con él.
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Similar al caso de Giges, se ven hoy
en día muchos episodios de personas quienes de repente obtienen grandes
cantidades de poder. En el caso de Nayib Bukele en El Salvador, el presidente
quien ha violado varias veces la constitución para engrandecer su poder ahora
ostenta poderes que ningún Presidente ha ostentado desde el final de la
Dictadura Militar en 1992. Nayib empoderó a los policías para dispararle a civiles
que el policía piense que podría hacer parte de una de las múltiples y
sanguinarias pandillas del país. También empezó la construcción de una “mega
prisión” que hacinaría a más de 40,000 personas en un país de 6 mil millones de
habitantes haciendo que aproximadamente 1 de cada 100 mil personas esté presa,
y además, todos estos superpoderes los ha conseguido a punta de la
intimidación, como cuando dejó ingresar a militares armados al capitolio
durante una votación de presupuesto, y la estigmatización a todo periodista o
político que le haga oposición (acto que ya preocupa a ambos Amensty
International y Human Rights Watch).
Incluso, más alarmante que lo ya
mencionado, está el hecho de que varias figuras en Latino América, y e incluso
globales, han alabado a Bukele como un campeón de la lucha contra el
terrorismo. La lista de figuras públicas que han alabado al presidente
Salvadoreño incluyen a: María Fernanda Cabal, Claudia López, Jota Pe Hernández,
Papo Amín, Tucker Carlson, Eduardo Bolsonaro, Ramon Prade, Luis Petri de
Argentina entre otros. Esta nueva ola de Bukelismo en Latino América y los
Estados Unidos muestra cómo el poder que antes discutimos con el anillo de
Giges no es criticado cuando a uno le conviene. Incluso a pesar de las
diferencias ideológicas y nacionales de las varias figuras anteriormente
mencionadas, lo que comparten son una consistente seguridad de que las medidas
extremas efectuadas por un gobierno como el Salvadureño no van a afectar a su
familia y amigos.
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Es fácil pedir más mano dura contra
el crimen cuando vives en una constante seguridad, y seguramente no es tan
temerosa la leyenda del anillo si uno nunca espera ser el rey en el lado
incorrecto del cuchillo de Giges. Sin embargo, como lo descubrieron a las malas
personas como Luz Marina Bernal (Madre de un Falso Positivo de Soacha), Pilas
Navarrete (esposa de un desaparecido del Palacio de Justicia), Carolina Ordóñez
(madre de un joven incinerado en un CAI de Soacha por la Policía), Mayra Páez
(novia de uno de los asesinados por la policía en el Paro Nacional), o incluso
Bertha Fríes (víctima del atentado del Nogal) o Yezid Reyes y Carlos Medellín
(hijos de Magistrados desaparecidos durante la retoma del palacio), uno no es
quien escoge cuando estar al lado incorrecto de la mano dura. El poder solo es
chévere cuando lo protege a uno y por eso como sociedad es nuestra labor
limitarlo para que nadie tenga que vivir con miedo perpetúo a Giges y su
anillo.
Una nota de Cristal de Sergio Villarreal, Líder juvenil bogotano, estudiantes de jurisprudencia de la U del Rosario, referente de juventud en la estrategia Gobierno Abierto Bogotá.
Notas de Cristal Para Una Generación En construcción
