El Silencio de los “Masculinicidios”: Una Brecha Legal Injusta | Alejandro Nieto – Revista Juventud

En los últimos años, se ha impulsado un importante movimiento de concientización sobre la violencia de género, especialmente hacia las mujeres, con el término “feminicidio” para describir los homicidios cometidos contra ellas. Sin embargo, en medio de esta justa lucha por la igualdad de género, surge una preocupante desigualdad en términos legales: la falta de reconocimiento de lo que podríamos llamar “masculinicidios”. Es fundamental cuestionar esta brecha legal y reflexionar sobre la importancia de abordar todas las formas de violencia sin discriminación de género.

Es innegable que las mujeres han sido históricamente víctimas de violencia y discriminación, lo cual ha llevado a la necesidad de crear términos como “feminicidio” para resaltar esta problemática. Sin embargo, al hacerlo, se ha dejado de lado una parte de la realidad: los hombres también pueden ser víctimas de violencia y homicidio por parte de sus parejas o exparejas sentimentales.

Es importante reconocer que tanto hombres como mujeres pueden ser víctimas y perpetradores de violencia de género. No obstante, cuando una mujer violenta o incluso mata a un hombre, a este acto se le llama simplemente “homicidio”, sin tener en cuenta el contexto de género y sin poner el mismo énfasis en la violencia basada en la discriminación. Esta disparidad en los términos empleados invisibiliza a las víctimas masculinas y perpetúa una desigualdad en la percepción y la respuesta legal ante estos casos.

La violencia de pareja íntima no distingue género. Los hombres pueden sufrir abusos físicos, psicológicos y emocionales por parte de sus parejas, y en casos extremos, pueden llegar a perder la vida. Sin embargo, la falta de reconocimiento específico de estos “masculinicidios” crea una brecha en la atención y prevención de la violencia hacia los hombres, así como en la obtención de datos precisos sobre el fenómeno.

Una evidencia clara de esta desigualdad radica en la dificultad para obtener datos actualizados sobre casos de agresiones u homicidios cometidos por mujeres hacia hombres. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia, en su informe de 2019, se registraron 440 casos de homicidios de hombres a manos de sus parejas sentimentales. Es preocupante que este tipo de información sea limitada y que la recopilación de datos actualizados sea un desafío, lo que refleja una brecha en el reconocimiento y la visibilidad de los “masculinicidios”.

Esta brecha legal también tiene un impacto en la percepción social y la concientización sobre la violencia de género. Al no reconocer de manera clara los casos de hombres asesinados por sus parejas, se perpetúa la idea errónea de que solo las mujeres son víctimas de violencia y que los hombres siempre son los agresores. Esto no solo estigmatiza a las víctimas masculinas, sino que también dificulta la lucha contra la violencia de pareja en su conjunto.

Es hora de reconocer que la violencia de pareja íntima afecta tanto a hombres como a mujeres y que ambos merecen el mismo nivel de atención y protección legal. La brecha en términos legales entre “feminicidios” y la falta de un reconocimiento equivalente para los “masculinicidios” es una manifestación de desigualdad y debe ser abordada.

Es fundamental trabajar en una legislación inclusiva que tenga en cuenta todas las formas de violencia de género. Esto implica reconocer y condenar la violencia ejercida tanto por hombres como por mujeres en relaciones de pareja, y establecer medidas de protección y prevención equitativas para todas las víctimas.

La creación de un marco legal que aborde de manera adecuada los “masculinicidios” y los “feminicidios” o la unificación de ambos es un paso necesario para cerrar la brecha existente. Esto implica establecer categorías específicas y definiciones claras que reconozcan la violencia de género en todas sus manifestaciones, independientemente del género de las personas involucradas.

Además, es crucial fomentar la sensibilización y la educación en temas de igualdad de género y violencia en las relaciones de pareja. Esto incluye promover una cultura de respeto, consentimiento y no violencia, en la cual se reconozca que cualquier forma de violencia, independientemente del género de las personas involucradas, es inaceptable.

Es responsabilidad del Estado, las instituciones y la sociedad en su conjunto brindar apoyo a todas las víctimas, sin importar su género. Esto implica garantizar el acceso a servicios de atención y protección, como refugios, líneas de ayuda y asesoramiento jurídico, así como brindar programas de rehabilitación y reintegración para quienes han sufrido violencia.

Asimismo, es importante fomentar la colaboración entre diferentes actores, como organizaciones de derechos humanos, instituciones gubernamentales, el sistema judicial y la sociedad civil, para abordar de manera integral la violencia de pareja íntima y eliminar la discriminación de género en todas sus formas.

En definitiva, reconocer los “masculinicidios” como una realidad y abordarlos de manera adecuada en términos legales es esencial para lograr una sociedad justa e igualitaria. La violencia no tiene género y ninguna forma de violencia debe ser tolerada ni pasada por alto. Solo a través de una respuesta inclusiva y equitativa podremos avanzar hacia un futuro libre de violencia de género para todos.

Saquen sus propias conclusiones y que se abra el debate.

Una nota de cristal de: Alejandro Nieto Loaiza

Revista Juventud, Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción.
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5 thoughts on “El Silencio de los “Masculinicidios”: Una Brecha Legal Injusta | Alejandro Nieto – Revista Juventud

  1. Hablar de feminicidio no es feminismo, es realidad política y social, machista es no reconocer derechos que se adquirieron y otros quieren desconocer, me gustaría ver un análisis en la columna entre esos “casos de homicidio de hombres por ser hombres” en una comparación a los aberrantes hechos por los que pasan ellas cada día por el hecho de ser mujeres.

  2. Una opinión valedera así como lo es la mía. La columna expresa una desigualdad que se creó a partir del concepto feminicidio y penalmente eso trae varias connotaciones. Por ejemplo, que las penas son diferentes cuando la agredida es una mujer por parte de un hombre, pero si el caso es lo contrario, es decir, una mujer agrede a un hombre, se le da un manejo totalmente distinto. Esto no es para nada machismo, es una opinión en la que mencionó que val violencia no tiene género y si bien y si bien en la mayoría de casos las violentadas son las mujeres, eso no quiere decir que a los hombres no se les violente.

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