Grupo de científicos descubrió que es posible detectar la enfermedad de Parkinson aproximadamente 22 años antes de que aparezcan los síntomas

Un avance médico sin precedentes podría cambiar el futuro de millones de personas que sufren o podrían sufrir la enfermedad de Parkinson, una de las afecciones neurológicas más comunes y devastadoras. Se trata de un método para identificar la enfermedad con décadas de anticipación, antes de que aparezcan los síntomas motores que caracterizan a este trastorno. ¿Cómo lo han logrado y qué implicaciones tiene para la prevención y el tratamiento de esta enfermedad?

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso central y que se manifiesta principalmente por temblores, rigidez, lentitud de movimientos y alteraciones del equilibrio. Estos síntomas se deben a la pérdida progresiva de neuronas encargadas de transmitir señales entre el cerebro y los músculos. Sin embargo, esta pérdida neuronal no ocurre de forma repentina, sino que se inicia mucho antes de que los síntomas sean evidentes.

Un grupo de científicos australianos ha desarrollado una forma de detectar esta pérdida neuronal en etapas muy tempranas, utilizando biomarcadores y tomografías por emisión de positones (PET). Los biomarcadores son sustancias que indican la presencia o el avance de una enfermedad, y en este caso se trata de una proteína llamada alfa-sinucleína, que se acumula anormalmente en las neuronas dopaminérgicas y las daña. La tomografía PET es una técnica de imagen que permite medir la actividad cerebral mediante la inyección de un trazador radiactivo.

La investigación publicada en la revista Neurology , mostró que la pérdida neuronal en el Parkinson ocurre durante un período de unos 33 años antes de que sea detectable en un escáner PET. Luego, pasan unos seis años y medio antes de que aparezcan los síntomas motores y otros tres años para confirmar el diagnóstico. Esto significa que la pérdida neuronal comienza aproximadamente 22 años antes del inicio del trastorno del sueño REM y 43 años antes del diagnóstico clínico.

Esto implica que la enfermedad de Parkinson no es solo una afección de la vejez, sino que comienza en la mediana edad y puede pasar inadvertida durante décadas.

Este hallazgo abre la posibilidad de detectar la enfermedad mucho antes y ofrecer tratamiento a las personas antes de que se produzcan daños irreversibles. Esto podría permitir el desarrollo de programas de detección que diagnostiquen y traten la enfermedad hasta 10 años antes de lo que actualmente es posible .

Este avance representa una esperanza para las personas que padecen o podrían padecer la enfermedad de Parkinson, así como para sus familiares y cuidadores. La detección precoz podría mejorar la calidad de vida de los pacientes, retrasar la progresión de la enfermedad y facilitar el desarrollo de nuevas terapias.

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