Imputan cargos a Exdirectora del Inpec de Buenaventura por sobornar presos

María Liliana Vivas Paz, secretaria de Gobierno de Buenaventura y exdirectora del Inpec. Foto: Alcaldía distrital de Buenaventura

En Buenaventura, un escándalo de corrupción sacude las bases del sistema penitenciario, revelando un oscuro esquema que involucra a altos funcionarios.

La exdirectora del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) y actual secretaria de Gobierno del municipio, María Liliana Vivas Paz, ha sido imputada por el delito de concusión, desatando un debate sobre la integridad de las instituciones públicas.

Las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación han destapado un modus operandi siniestro en el que se presume que Vivas Paz se lucraba a expensas de los presos. Según las acusaciones, la exdirectora exigía sobornos a los internos para facilitar su traslado a centros transitorios de detención, así como para obtener mejores condiciones dentro del sistema penitenciario.

Durante el periodo comprendido entre noviembre de 2021 y diciembre de 2022, Vivas Paz y un dragoneante del Inpec presuntamente recibieron un total de 15 millones de pesos en sobornos, evidenciando la gravedad de la corrupción que permeaba las altas esferas del gobierno local.

El delito de concusión, según el Código Penal Colombiano, es definido como el acto mediante el cual un funcionario público abusa de su posición para exigir pagos indebidos o beneficios personales a cambio de realizar o dejar de realizar acciones relacionadas con sus funciones. Esta práctica, considerada un abuso de poder, es castigada con penas que pueden incluir prisión, inhabilitación para ejercer funciones públicas y multas.

La imputación de Vivas Paz no solo pone en entredicho su integridad como funcionaria pública, sino que también cuestiona la eficacia y transparencia del sistema penitenciario en Buenaventura.

La ciudadanía se ve en la necesidad de replantear su confianza en las instituciones encargadas de velar por la justicia y el bienestar de la sociedad.

Este escándalo también arroja luz sobre la urgente necesidad de implementar medidas efectivas para prevenir y combatir la corrupción en todos los niveles del gobierno. La transparencia y la rendición de cuentas deben ser pilares fundamentales en la gestión pública, garantizando así la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas.

El impacto de este caso no se limita solo a Buenaventura, sino que resuena en todo el país, recordando la importancia de una justicia imparcial y equitativa para construir una sociedad basada en la legalidad y el respeto por el Estado de Derecho.

En medio de este escenario, la sociedad espera que la justicia actúe con diligencia y que los responsables rindan cuentas por sus acciones, demostrando que nadie está por encima de la ley y que la lucha contra la corrupción es un compromiso inquebrantable para el fortalecimiento de la democracia y el bienestar de todos los ciudadanos.

Además, es importante destacar que este caso ha generado un profundo cuestionamiento sobre la seguridad en las instituciones penitenciarias de Colombia. El coronel Daniel Gutiérrez, alto funcionario del Inpec, ha revelado una preocupante ola de amenazas contra miembros de la entidad, incluyendo el homicidio del director de la cárcel Modelo, Élmer Fernández.

Estas amenazas reflejan una realidad escalofriante que pone en riesgo la integridad de quienes custodian y velan por el orden en los centros penitenciarios del país. La seguridad en estas instituciones se convierte así en una prioridad urgente que requiere acciones contundentes y eficaces por parte de las autoridades competentes.

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