La economía colombiana crece solo un 0,7% en el primer trimestre, avanzando a un ritmo lento

El Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane) presentó este miércoles, 15 de mayo, los resultados del Producto Interno Bruto (PIB) para el primer trimestre del 2024, evidenciando que la economía del país continúa enfrentando dificultades. Según el reporte del Dane, la variación anual de la economía fue del 0,7% entre enero y marzo, coincidiendo con las proyecciones más optimistas. Además, se ajustaron las cifras del PIB del 2023, manteniéndose en un crecimiento del 0,6%, lo que indica que, aunque se evitó la recesión, la desaceleración económica sigue afectando a los sectores productivos clave.

Este inicio de año es el más débil desde 2009, excluyendo el impacto de la pandemia en 2020, lo cual preocupa a los analistas y subraya la urgencia de implementar un plan de reactivación económica. En comparación, el primer trimestre del 2023 mostró un crecimiento del 2,7%, el 2022 del 8,2%, el 2021 del 1,4%, y el 2020 del 0,5%. Hay que remontarse quince años atrás para encontrar un resultado similar, con una variación del 0,1%.

Las expectativas eran variadas, con pronósticos que oscilaban entre el -0,9% y el 1,1%. El Banco de la República había proyectado un crecimiento del 0,3%, por lo que el resultado final superó las expectativas oficiales.

El Dane destacó que las actividades que más contribuyeron al leve crecimiento en el primer trimestre fueron la administración pública y defensa, la educación, y las actividades de atención de la salud humana y servicios sociales, que crecieron un 5,3%, aportando 0,7 puntos porcentuales a la variación anual. También destacaron la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca con un crecimiento del 5,5%, y el suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado, especialmente la distribución de agua y gestión de desechos, que creció un 4,5%.

No obstante, sectores como la industria, comercio y construcción, que ya venían en problemas, siguieron mostrando debilidad. A estos se sumaron las actividades financieras, minería, información y comunicaciones, y actividades profesionales y científicas.

Mauricio Hernández, economista del BBVA Research, señaló que el crecimiento económico del país está avanzando en ‘cámara lenta’, completando cuatro trimestres consecutivos con variaciones anuales cercanas a cero. El nivel del PIB ajustado por estacionalidad se ha mantenido prácticamente igual desde mediados de 2022, lo que indica que la economía lleva casi 18 meses sin crecer significativamente, a pesar de un ligero impulso a principios de año.

En marzo, la economía se vio afectada por un menor número de días hábiles debido a la Semana Santa. La desaceleración del sector manufacturero fue notable y preocupante, con una caída del 10,8% anual en marzo y un desempeño negativo del 5,9% anual en el primer trimestre.

Hernández también destacó que la inversión es el componente del PIB que más preocupa, no solo por su impacto negativo a corto plazo, sino también porque condiciona la capacidad de crecimiento a largo plazo. Sin inversión, es difícil pensar en una expansión del crecimiento potencial del país en los próximos años.

Una nota “positiva”, aunque preocupante, fue la contribución de la demanda externa neta. Las exportaciones crecieron, aunque de manera tímida, mientras que las importaciones cayeron significativamente, reflejando la debilidad de la demanda interna y la capacidad de inversión en la economía.

Este panorama confirma las advertencias de analistas y centros de estudio: el país no puede continuar por este rumbo sin enfrentar consecuencias, como una posible recesión o impactos negativos en el mercado laboral y el recaudo tributario.

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