PORNOCRACIA Y CRIMINALIDAD EN LA IGLESIA CATÓLICA | Gonzalo Osorio Toro – Revista Juventud

 

“Era una atracción sexual irrefrenable la del
cardenal hacia Marozia, de apenas  seis
años. El cardenal echó hacia adelante su cuerpo para que la túnica disimilara
su erección”. Este cardenal se hizo papa, después de degollar a León V, quien
fue papa durante treinta días, y lo mataron por bueno. Cualquier parecido con
el caso Juan Pablo Primero, es pura coincidencia. Este fragmento del libro
Crímenes sorprendentes en el Vaticano, muestra que la pederastia y la
criminalidad en la iglesia católica, son tan viejas como la iglesia misma. Con
Sergio III, el amante de todos los vicios, se inicia lo que se llamó la
pornocracia papal. Por las dudas, pueden consultar Antapódosis capítulo XLVIII,
de Liutprando, obispo de Cremona. 


En la historia criminal de la iglesia, nos
encontramos a Juan XII conocido como Satanás, el papa fornicario, quien violaba
niños sobre la tumba de san Pedro. En el Liber pontificalis, se afirma que
se hacían rogativas, para que Juan XII muriera,
o encontrara otra diversión, para que parara con el descalabro orgiástico de la
iglesia. El emperador Otón, le envió la siguiente comunicación “Santidad, Tanto
clérigos como seglares, os acusan de homicidio, perjurio, sacrilegio, incesto
incluso con dos de vuestras hermanas”.

 

En la alta edad media, muy pocos fueron
los papas que murieron de muerte natural, en aquella época, ser papa equivalía
a tener una cuchilla en el cuello, por parte de quienes aspiraban a sucederlo.
Otro digno ejemplo de la pornocracia vaticana, lo constituye Alejandro VI, el papa Borgia, el rey del
incesto, y gracias a esta práctica sexual, tuvo hasta bisnietos. El papa
Alejandro VI, popularizó las famosas fiestas de las castañas, que no eran más
que orgías con la asistencia de obispos y cardenales, y donde tiraban
castañas al suelo para que jóvenes desnudos, ojalá vírgenes, se agacharan a
recogerlas contorsionando el cuerpo hacia atrás para exhibir mejor su sexo.


La criminalidad y la pederastia en la iglesia
es una tradición cultural, y el encubrimiento hace parte de la misma. En
Colombia, gracias a la expedición del código del menor, se hacen esfuerzos para
combatirla, pese a la complicidad de la iglesia y de algunas autoridades con
los curas pederastas, y la antipatía de las comunidades religiosas por las
víctimas que se atreven a denunciar. 


El relato de Juan Pablo Barrientos, Este
es el cordero de Dios, nos muestra que en Villavicencio, desde el arzobispo
para abajo, incluyendo autoridades civiles, obstaculizaron la labor investigativa
de tres mujeres, rezanderas, dedicadas a la oración, para quienes primó el
dolor de una víctima de abuso sexual, a quien más de 38 curas de esa
arquidiócesis, aprovechándose de su pobreza y de su orfandad, lo violaron, lo
comercializaron, lo cosificaron, lo prostituyeron, lo cual no fue su elección
ni su voluntad, y lo convirtieron en un despojo humano. 


El papa Francisco
queriendo ordenar la casa, ordenó a las diócesis crear comisiones contra la
pederastia. En Villavicencio, un arzobispo pederasta, Óscar Urbina, creó una
comisión llena de cómplices, para encubrir la pederastia de su arquidiócesis.
Con lo que no contó monseñor Urbina, fue conque esas mujeres que escogió para
conformar la comisión, porque eran de camándula en mano y misa diaria, se iban
a poner del lado de la víctima, un pobre muchacho desechado por la sociedad y a
quien los curas ofrecieron ayudarlo, pero que, por el contrario, se aprovecharon
de su debilidad, y se lo pasaron de cama en cama y de pene en pene, durante
veinte años, en orgías al mejor estilo de las del papa Juan XII. La honestidad
de estas mujeres, hizo que contra la voluntad de las jerarquías católicas, los
pederastas curas del Meta, fueran suspendidos, después de deambular violando
niños, por todas las iglesias de la arquidiócesis.


La iglesia al rededor del mundo,
está plagada de pederastas, es una organización depredadora de niños. En
Pensilvania Estados Unidos, un fiscal en el 2018 destapó una red de más
trescientos curas pederastas, en el arzobispado de Washington, protegidos
por el cardenal  Theodore McCarrick, el cual fue obligado a
dimitir por el papa Francisco, más de mil niños fueron víctimas de esa red de
depredadores investidos de santidad. 


La violación de niños fue encubierta en Chile, por la dictadura de Pinochet, y por los altos
jerarcas, encabezados por el cardenal Jorge Medina Estéves, gran defensor del
mayor violador de niños en Chile, Fernando Karadima, y de la dictadura
militar. En México, el Legionario de cristo, Marcial
Maciel, fue un digno émulo de los papas de la alta edad media, siendo el
principal violador de niños mexicanos.
Este cura investido de santidad compró su impunidad, es decir el silencio de
Juan Pablo II, con la cantidad de dinero que le enviaba para que el papa
financiara las actividades anticomunistas en la Europa oriental. El cura
Maciel, Legionario de cristo, llevó una triple vida con dos mujeres y varios
hijos, llegando a tener un hijo con unas de sus hijas. 


La iglesia australiana
encabezada por el cardenal Georg
e Pell, ha tenido que desembolsar
millones de dollares, para acallar abusos sexuales. En
Irlanda, entre el 2005 y 2013, más de 14.500 niños
fueron violados por los purpurados rectores de la moral y las buenas
costumbres. En Alemania, se denunciaron abusos sexuales en 19 de las 27
diosecis católicas, dentro de los 
purpurados violadores, se destaca Georg Ratzinger Hermano de Benedicto
XVI. En Francia el obispo Philippe Barbarín, le hizo honor a su apellido, y
está siendo juzgado por no haber denunciado la violación de setenta niños
scouts, el obispo André Fort
también
es acusado de haber
guardado silencio.


En Colombia, El cardenal Dario Castrillón bendijo por un puñado de dólares manchados de sangre, en una celebración religiosa, la
posada alemana, conglomerado turístico de Carlos Lehder, mientras el cardenal
López Trujillo, el más
perverso de todos los cardenales
colombianos, protegía y permitía que sus súbditos, hicieran parte de las
nóminas de Pablo Escobar, decía odiar el homosexualismo, mientras abusaba de
seminaristas blancos, porque odiaba a los negros
y a los indios. 


El Arzobispo Ricardo Tobón, protector a ultranza de la pederastia en Antioquia,
no solo protegió curas pederastas,
rotándolos de parroquia en parroquia, sino que protegió hasta su muerte,
a Gonzalo Palacio, el cura de las dos biblias, este cura
en Yarumal, en confesión le sacaba información a los
feligreses, y luego se los entregaba al grupo paramilitar
Los Doce apóstoles, para que fueran asesinados.


El obispo de Armenia, obligado por una tutela
del periodista Juan Pablo Barrientos, reconoció la pederastia en trece de sus
curas, pero son muchos más según el periodista. ¿Hasta cuando el obispo los
seguirá protegiendo?.


La lista de curas pederastas al
rededor del mundo, es infinita. No sé, por qué la iglesia que tiene una
obligación consigo misma, de superar esta tradición cultural, en vez de
hacerlo, quiere fungir como la máxima rectora de la moral, sin tener autoridad
para hacerlo.


Debido a mi publicación, en esta revista, del artículo MALDITOS PENES SAGRADOS,
he recibido toda clase de insultos, los cuales recibo con humildad y con
beneficio de inventario.

Una nota de cristal de: Gonzalo Osorio Toro.




 












Somos Revista Juventud
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción

Revista Juventud, Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción.
Compartir:

2 thoughts on “PORNOCRACIA Y CRIMINALIDAD EN LA IGLESIA CATÓLICA | Gonzalo Osorio Toro – Revista Juventud

  1. Un tema muy complicado, por lo mismo, supremamente necesario de visibilizar y del cual se debe hablar sin tapujos; no siempre la verdad es lo más prudente pero la injusticia histórica, de la cual la Iglesia Católica como causante (de pronto por errores de sus supuestos principios) y a la vez juez encubridor y de lo que también hacen parte los estados; exige el apoyo total de la sociedad para el beneficio de victimas e impedir sean más.

  2. El señor Gonzalo Osorio, destapa lo que muchos de nosotros sabemos.
    El Vaticano es la Sodoma y Gomorra actual.
    El Vaticano es la gran ramera, de la cual habla el libro de revelación o apocalipsis .

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Discover more from Revista Juventud

Subscribe now to keep reading and get access to the full archive.

Continue reading