En recientes días, el gobierno nacional anunció que solicitaría al Fondo Monetario Internacional (FMI) un refinanciamiento de la deuda a largo plazo.
De acuerdo con el gobierno, “el crédito flexible con el FMI estaría aparentando el bolsillo público, de tal manera que pueda abrirse un espacio de financiación mayor al que tenemos para el gasto social”.
Recordemos, que en el gobierno de Iván Duque se solicitó un préstamo por US$5.400 millones para “poder equilibrar las finanzas y ayudar durante la emergencia sanitaria del covid-19”, el cual también sirvió como reserva de dinero para proteger al país contra posibles problemas financieros internacionales.
Frente a lo mencionado por el gobierno, algunas voces se han manifestado, entre ellas, la del ex ministro José Antonio Ocampo, el cual señala “la línea de crédito actual es un privilegio, y renegociarla a largo plazo llevaría a nuevas condiciones, aumentaría el costo y traería una revisión macroeconómica”.
Finalmente, el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla, ha señalado referente al préstamo solicitado en el anterior gobierno “si tenemos que pagar, hoy no hay recursos de la Nación. Todo lo que paguemos en deuda reduce las posibilidades de inversión. El debate es: pagamos deuda o invertimos en el país”.
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