El Marco Global de Biodiversidad establece como meta la protección del 30 % de las áreas marinas y terrestres a nivel mundial. República Dominicana ha logrado ser pionero en el Caribe al alcanzar esta meta con sus mares, y Colombia emerge como un actor clave en la protección de estos ecosistemas.
Durante la COP 15 celebrada en Montreal, Canadá, en 2022, los países signatarios del Acuerdo de Biodiversidad de la ONU de 1992 reafirmaron su compromiso de ampliar las áreas protegidas en tierra y mar para alcanzar el 30 % para 2030. Recientemente, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de República Dominicana anunció que el país ha sido el primero en el Caribe en lograr esta meta, en línea con el Marco de Biodiversidad de Kunming-Montreal.
El país caribeño ha establecido el Santuario Marino Orlando Jorge Mera, que abarca casi 54,800 km², en honor al exministro de Ambiente, asesinado en 2022. Este santuario tiene como objetivo proteger las montañas submarinas de la cordillera Beata, cruciales para la supervivencia de especies altamente migratorias y en peligro de extinción. Con la creación de este nuevo santuario y la expansión de los existentes, República Dominicana ha aumentado su área marina protegida del 10.8 % al 30.8 %.
La cordillera Beata, un ecosistema en el fondo marino del Caribe, es compartida por República Dominicana y Colombia, específicamente con La Guajira. Esto ha llevado a la formalización de un corredor binacional de protección marina entre ambos países, como parte de un esfuerzo por promover la conectividad y la colaboración transfronteriza en la protección del medio ambiente. Este compromiso no solo fortalece las protecciones internas de cada país, sino que también resalta la importancia de la cooperación regional en la conservación de la biodiversidad marina.
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