SALUD MENTAL: PUSIERON LA BANDERA… PERO EN UN ASTA CAÍDA.

Luis Felipe Betancourt
Columnista Luis Felipe Betancourt

La psicología, la ciencia y la medicina han realizado labores enormes para apuntar hacia la mejora del ser humano en términos de construir un humano saludable mentalmente; en lo público, político y social existen esfuerzos a visualizar la necesidad de fortalecer la Salud Mental, pero a la hora de dar el paso para estudiar y permitir el desarrollo de planes estratégicos, políticas públicas o cualquier proyecto necesario, no se observa alguna intención clara por parte de nadie.

Por otro lado, mientras la sociedad avanza a pasos agigantados, las mentes se hunden por la presión social, el consumismo tóxico, la desigualdad y la pobreza, comienzan a decaer rendidos ante la imposibilidad de salir adelante conforme al ritmo de este mundo acelerado y cada vez más precoz en cuanto a evolución se refiere.

La salud mental se volvió irresponsablemente una bandera para ganar votos en Colombia, mientras tanto, las cifras de trastornos relacionados con la parte mental van en aumento, sin contar con las cifras de suicidios, intentos de suicidio, efectos postraumáticos después de accidente, enfermedad, discapacidad física o cognitiva, desempleo, pobreza o situaciones similares. La situación en mi concepto es bastante grave, al nivel de enfermedades como el Cáncer o la Diabetes.

Por ejemplo, a través de varios estudios, se demuestra que, dentro de la población con discapacidad auditiva, la probabilidad de tener una salud mental más deteriorada es más alta (Jiang Fan et al. Trop Med Int Salud. 2020); aun así, y siendo la discapacidad auditiva un problema de salud pública y siendo un factor fundamental, por ejemplo, para la empleabilidad que logre reducir niveles de desigualdad, estos estudios no se toman como base para construir proyectos de Salud Mental para dicha población. Y si analizamos esto con otro tipo de discapacidades en el habla como la afasia, o los efectos posteriores de un ACV, podríamos extendernos a la misma conclusión: Cero acciones.

Otro factor a destacar sería el “problema eterno” de la formación integral del niño y adolescente: el Sistema Educativo Colombiano no prioriza la salud mental, menos al poner un psicólogo para 1000 estudiantes por colegio, y aún peor, si pusiere un psicólogo por estudiante, no sería un acompañamiento ideal, dado que la estructura educativa se dedicó a exigir la memorización de textos y no a profundizar en el ser de manera integral hacia el conocimiento de sí mismo.

La salud mental del ser humano no debe ser una agenda política más, es cuestión de humanidad y de sentido común. La ciudadanía debe también ser parte de la solución haciendo eco en su núcleo seguro que es el hogar, el sistema de salud y educativo deberían replantear caminos hacia la integralidad del ser. Construir mentes sanas ayudará a construir sociedades fuertes, prósperas y felices, porque el desarrollo también es cuantitativo.

Una nota de cristal de: Luis Felipe Betancourt, Contador Público de la Universidad del Valle, líder juvenil y político.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Discover more from Revista Juventud

Subscribe now to keep reading and get access to the full archive.

Continue reading