A pesar de los intentos de contención, la escalada bélica en Gaza continúa cobrando vidas y desplazando a miles de civiles, avivando la crisis humanitaria en el territorio palestino. La comunidad internacional urge a ambas partes a deponer las armas y retomar el diálogo para evitar más derramamiento de sangre.
Israel ha intensificado su ofensiva militar en la Franja de Gaza con un ataque terrestre en el norte del territorio palestino. Tras una noche de intensos bombardeos aéreos y terrestres, el ejército israelí envió tanques al este de Jabalia, causando la muerte de 19 personas e hiriendo a decenas más, según autoridades sanitarias.
El número de víctimas palestinas supera ya los 35.000 fallecidos por los bombardeos que han asolado el enclave costero, provocando una profunda crisis humanitaria. La guerra estalló el 7 de octubre tras un ataque de Hamás contra el sur de Israel que dejó 1.200 muertos y más de 250 rehenes, según datos israelíes.
Jabalia, el mayor campo de refugiados de Gaza con más de 100.000 habitantes, ha sido el foco de la nueva incursión. Israel afirma que busca impedir que Hamás restablezca sus capacidades militares en la zona. “Estamos operando allí para eliminar esos intentos”, declaró un portavoz militar.
Los bombardeos no han cesado, afirman residentes, obligando a familias a evacuar. “La guerra se está reanudando, así es como se ve en Jabalia”, señaló un testigo. El ejército también envió tanques a Al-Zeitoun y Al-Sabra, donde se reportan intensos ataques que destruyeron viviendas.
En Rafah, miles de familias huyen ante la creciente presión militar israelí.
“Vi una ciudad fantasma, todos los edificios arrasados. La gente huye sabiendo que no hay lugar seguro”, relató un residente que abandonó la ciudad fronteriza con Egipto.
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