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En el marco de la celebración de la Semana por el Medio Ambiente, es fundamental reconocer y destacar a las mujeres que han desempeñado un papel fundamental en la conservación y protección del entorno natural.
Margarita Marino de Botero es una de las mujeres más influyentes y pioneras en el campo del ambientalismo en Colombia. Su trayectoria se ha caracterizado por la defensa de los recursos naturales, la promoción del desarrollo sostenible y la educación ambiental.
Margarita nació en Bogotá en 1943 y estudió comunicación social en la Universidad Javeriana. Desde joven se interesó por los temas ecológicos y participó en varios proyectos de conservación y divulgación. Fue asesora del Ministerio de Comunicaciones a los 27 años y luego directora del Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (Inderena) entre 1982 y 1985.
Desde el Inderena impulsó el concepto de ecodesarrollo, que buscaba armonizar el crecimiento económico con la protección del medio ambiente. También creó los consejos verdes municipales, que involucraban a las comunidades locales en la gestión ambiental de sus territorios. Margarita fue una de las precursoras del movimiento ambientalista en América Latina y participó activamente en la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, conocida como Comisión Brundtland, que elaboró el informe Nuestro Futuro Común en 1987. Este informe acuñó la definición de desarrollo sostenible y sentó las bases para la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992.
Margarita también ha sido una líder en la educación ambiental. En 1986 fundó el Colegio Verde de Villa de Leyva, una institución pionera en Colombia que forma a estudiantes, profesores y líderes ambientales con una visión integral y crítica del medio ambiente. El Colegio Verde ha sido reconocido nacional e internacionalmente por su innovación pedagógica y su compromiso con la conservación de los ecosistemas andinos. Margarita ha recibido numerosos reconocimientos por su labor ambiental, entre ellos el Premio Nacional al Mérito Ecológico en 1985, el Premio Planeta Azul en 1990 y el Premio Nacional Vida y Obra en 2007.
Margarita es una mujer que inspira con su pasión, su elegancia y su sabiduría. Su obra ha sido fundamental para la historia ambiental de Colombia y para el avance de la agenda ambiental global.
