El caso de Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán, ha generado una gran atención mediática y política tanto en México como en Estados Unidos. El joven se declaró no culpable de los cinco cargos que se le imputan, relacionados con el tráfico de drogas y el lavado de dinero. Estos cargos son el resultado de una investigación que reveló el papel de los hijos del ‘Chapo’ en la reestructuración del cártel de Sinaloa tras la extradición de su padre en 2019. Según las acusaciones, los ‘Chapitos’ se enfocaron en la producción y distribución de drogas sintéticas como la metanfetamina y el fentanilo, que tienen una alta demanda y rentabilidad en el mercado estadounidense.
El arresto y posterior extradición de Guzmán López fue respaldado por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien afirmó que se trata de una decisión soberana y que busca evitar la injerencia política de Estados Unidos en temas sensibles como el narcotráfico. Sin embargo, la captura del hijo del ‘Chapo’ también provocó una ola de violencia y un enfrentamiento armado entre el cártel y el Ejército mexicano en Culiacán, lo que evidenció el poder y la influencia que aún tiene esta organización criminal en el país.
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