El 10 de octubre se conmemora el día mundial de la salud mental, esto desde 1995, cuando la FMSM (Federación Mundial de Salud mental) en articulación con la OMS (Organización Mundial de la Salud) buscando eliminar los prejuicios y estigmas que rodean la salud mental, y así empezar a generar un proceso de “culturación” que cambie el paradigma en el que visualizamos a la salud mental. En Colombia tenemos un problema gravísimo de estigmatización y de formación, puesto que el ciudadano de a pie considera que para ser enviado al psicólogo es porque tiene algún tipo de psicopatología que implica un riesgo para sí mismo y la sociedad, o en su defecto es una persona que pierde su condición de cordura y se le llama “loco”.
Cuando hacemos un proceso de revisión en términos de percepción sobre salud mental, nos damos cuenta de que la problemática no es solo es de la sociedad, sino que es un problema estatal. En Colombia el sistema de salud está limitado a la salud física y la salud mental recibe mucho menos recursos que cualquier otro centro de salud. Por otro lado, la formación de los profesionales se ve enmarcada en una tendencia a patologizar todo, o de lo contrario “usted no tiene nada”. Es imprescindible que el reconocimiento de la importancia de asistir a un psicólogo o psiquiatra está en el lugar que estos y el estado le dan en la sociedad, si bien es importante que nosotros lo reconozcamos, hay que comprender que las instituciones funcionan con recursos y sin estos, están condenadas al fracaso.
El llamado es a contemplar la salud mental como algo integral, y que nos permite no solamente tener un bienestar integral, sino permear de sentido y valor las interacciones sociales, cambiar el paradigma de ausencia de autoridad del país, permitir una cultura sana de vejez y darle el lugar privilegiado a la primera infancia en el desarrollo. Cambiar para llegar a posicionarse como países “cultos” no está directamente en las personas, sino en las políticas de estado que no permiten el avance de las formas de pensar, coartando los ideales a una constitución de 30 años de antigüedad. Se espera que en los próximos años la construcción de políticas públicas de salud mental sea más frecuentes y relevantes, puesto que en Colombia ahora mismo el problema ya no es de tierras, y en ese sentido, debemos hacer un análisis de nosotros como individuos y agentes activos en la construcción de país que tienen incidencia en los tejidos sociales que conecta a nuestros abuelos con nuestros hijos.
Somos más que un consultorio, pero no menos que un medicamento, los psicólogos estamos no para asistir, sino para construir.
Una nota de cristal de: Enmanuel Cubides Quijano, Estudiante de 5to semestre de psicología, Representante de la Facultad de Psicología de la Universidad del Valle.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
Me gustó mucho. Es una breve manera de entender la concepción que se tiene de “salud mental” en Colombia.
Muy cierto, la salud mental es una enfermedad no una locura, y los gobernantes deben darle el lugar que se merece en la salud.
Muy pretencioso el artículo.