El término esquizofrenia que refiere del griego antiguo “skhizō” que traduce “dividido” ha sido controversial a lo largo de la historia, pues lo convencional ha excluido a quien padece este mal. La iglesia satanizó las alucinaciones como actos de posesión y aquellas personas que escuchaban voces, veían figuras o les tocaban sus cuerpos eran merecedores de un exorcismo o la purificación de su alma en la hoguera, y es por ello que la estigmatización del divido ha adquirido un carácter moral. El tener algún tipo de psicopatología hasta hace pocos años era una tragedia y el fin del individuo en un escenario simbólico y real, este siempre fue y será negado en la medida que lo violentan.
¿Qué es entonces el “yo” y como se fragmenta?
Bueno, el “yo” lo vamos a entender como aquella posición que es producto de nuestra construcción identitaria y juega un rol consciente en nuestra realidad, pero este mismo está sujeto a las experiencias y sensaciones del mundo sensible que termina por dotar de sentido de nuestra existencia misma (o eso queremos creer). El llamado de realidad a veces se hace tan fuerte que llama al “yo” a protegerse y aviva sus mecanismos de defensa que recubren la psique con múltiples estrategias (aún muchas que son todo un misterio para la psicología), y a veces no son suficientes y en consecuencia hay una ruptura con la realidad inmediata. Una de las formas de romper con el plano de lo sensible es divirse en múltiples partes donde será un “otro” quien asume posición incluso de “yo”.
Un “yo” divido será entonces nuestra voz que no somos nosostros y que nos atormenta (un conflicto entre un “yo” plural) o desplazaremos y condensaremos figuras que empiezan a formar parte de una realidad subjetiva que interactúa con el mismo que la produce. No se puede imponer una visión del mundo al esquizofrénico que hace parte de una estructura psicótica, pues este ha generado una realidad autistisca de tal manera que el significante y el significado han cambiado y es por esto que ahora no solo de ha fragmentado el “yo”, sino también el “otro” otro como uns extensión de mi realidad forcluida. No podemos cometer el grave error de pensar que estan equivocados, pues la unica prueba de que usted está cuerdo es su “yo” consciente y el hecho de que su producción la comparta con el mundo no quiere decir que esté en lo correcto, pues solo se necesita un llamado de lo real para que se fracture… ¿Podrá volverse a unir?
Que el recorrer los laberintos no le haga pensar que está perdido, hay gente que prefiere atravesar paredes y otros simplemente se sientan.
Una nota de cristal de: Enmanuel Cubides Quijano, Estudiante de 6to semestre de psicología.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
Lastimosamente la sociedad se ha dedicado a juzgar en lugar de ayudar.