Desde un enfoque holístico el ser humano comprende muchas dimensiones que permiten su construcción de individuo frente a lo que respecta la sociedad, éste mediado por costumbres, prácticas, formas de crianza, creencias, sistemas morales y normativos. En nuestra historia hemos estado bajo influencias que modelan nuestros comportamientos, es decir, según el momento histórico donde estamos hay una configuración social que recalca la importancia de unas u otras cosas. Hace muchos años la importancia en los códigos de vestimenta o asistir a misa los domingos era una condición necesaria para considerarse un ciudadano “correcto”, muchos años más atrás había una necesidad imperante de relacionarse bien en los matrimonios, con la iglesia o el estado, y sus mayores medios de producción era el campo.
La educación como eje fundamental en la creación de ciudadanos de “bien” regia el orgullo de ser estudiante bachiller y aún más en educación superior, así diferentes ramas de las ciencias sociales demuestran de manera pragmática a un ser “pensante” moldeado para convivir en sociedad y con la capacidad de crear herramientas y dispositivos que le ayuden a facilitar sus actividades cotidianas y complejizar las interacciones sociales. Esto es una forma de ver al homo sapiens como un ser destinado pensar y producir desde una mirada capitalista para lograr permanecer en la competencia; pero apenas en el siglo XX ha crecido de manera exponencial la necesidad de enfocarse por las emociones y la dimensión sentimental de las personas, lo que ha llevado un cambio de sistemas de creencias y formas de percibir a los demás.
Luego de diferentes revoluciones sociales, los derechos y los enfoques de género han generado cambios en los sistemas de creencias, en la moral y la noción de normalidad, donde aparece el homo sapiens-sentiens como figura del humano que piensa y siente debido a las transformaciones culturales que caminan a la par que el tiempo y la sociedad. Es menester recalcar que gracias a las diferentes luchas y olas en diferentes generaciones es que hoy podemos desde las ciencias sociales estudiar diferentes fenómenos que evocan las emociones y sentimientos de las personas que en últimas permite conocer esos rasgos humanos que habían estado escondidos por la represión de las instituciones o las normas que limitan la expresión de la subjetividad.
Si las personas empiezan a comprender estas transformaciones culturales dadas en diferentes momentos como producto de descontentos sociales que limitaban la expresión máxima de la identidad, logramos comprender sin estigmatizar la importancia de pensar y la importancia de sentir, pues recordemos que somos seres sentí-pensantes bajo el orden último de la cultura y la mediación por definición del lenguaje.
Redacción: Enmanuel Cubides Quijano, enfermero y estudiante de 5.º semestre de psicología de la Universidad del Valle.
Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
Es un cambio real actual que se vive y que hay que implementar en cada uno de nosotros para entender a nuestra juventud que viven día a día el pensamiento y sus emociones.