Muchas personas por tradición o costumbre reciben el nuevo año en un encuentro alrededor del árbol, de la comida, de la música, y del baile, entre otras cosas. Pensamos que la navidad o el fin de año representan toda la alegría acumulada del año en un par de días y es por eso que bebemos, derrochamos el dinero que no tenemos y damos ejemplo contrario del deber ser que nos llenamos la boca predicando, pero hay lugares en el mundo donde la presencia del niño de Jesús o el gran trineo de Santa Claus no llegan, seguramente porque no le tienen pesebre y al otro galletas con leche.
La gran farsa de la moral y la hipocresía global nos lleva a recordar términos interesantes que creemos que se quedaron estancados en un momento histórico, pero debemos recordar algunos: Apartheid, Segregación racial, Imperialismo, Colonialismo, Darwinismo social y Aporofobia. Palestina hoy no solo es víctima de una ocupación a gran escala recordándonos a Polonia en 1939, sino que también es víctima del desamparo internacional, y seguramente el análisis extenso de algunos historiadores puede dar que desde la lectura de las escrituras, las disputas por territorio y reliquias santas, y una tal “tierra prometida” Palestina ha sido manoseada política y territorialmente desde hace milenios.
El cine, los medios amarillistas de comunicación, el pseudoperiodismo, una sesgada idea de patriotismo y una fuerte urgencia de poder y figurar ante la primera portada de los más grandes periódicos, ha llevado a una estigmatización de los pueblos de oriente y se ha generado una dicotomía entre quienes son los “buenos y los malos”. Particularmente el rápido crecimiento de Israel por sus nexos militares y comerciales con occidente le ha permitido un desarrollo exponencial en términos de industria y tecnología, y no es para más si entendemos que este “estado” nace de un territorio ocupado por los británicos que posteriormente en una asamblea internacional de la ONU deciden partir a Palestina entre árabes y judíos, y el primero no acepta la oferta. La voz de los palestinos desde tiempos inmemoriales ha sido silenciada física o simbólicamente porque hay quienes creen que tienen más derechos, creen que el pobre es sinónimo de vagancia y no de desigualdad, el pobre es hermano del conflicto como un Caín que lo ha exiliado de sus tierras y ha matado su identidad, ha cambiado su historia.
Miran de manera despectiva a los ancianos que piden ayuda con un cartel con mala ortografía en los semáforos de las grandes ciudades, de la misma manera que ven a los niños palestinos cubiertos por una sábana blanca mientras su padre le coge la mano y se pregunta mil veces “¿por qué?”. Esas mismas personas que hoy han tomado el poder y se hacen llamar lideres mundiales, están llevando un sistema mundo con una biblia en la derecha que justifica las masacres del arma que llevan en la izquierda, mientras gritan “libertad, carajo” y son aplaudidos por millones. Palestina está sumida en un holocausto (el abusado se vuelve abusador) y no hay defensa porque quien está en peligro son niños, mujeres y familias, y no material nuclear ucraniano, es por eso que este feliz año, no es tan feliz, porque mientras estamos en casa esperando la estrella que traiga a los reyes magos, en Palestina por estrellas hay misiles y por magos hay sionistas con balas y bombas para todos.
Una Nota De Cristal De: Enmanuel Cubides Quijano, Estudiante de psicóloga universidad del valle.
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