Las elecciones locales en Colombia, particularmente en el departamento del Quindío y su capital Armenia, han revelado una profunda crisis de legitimidad y gobernabilidad. Esta problemática no solo evidencia la creciente desafección ciudadana, sino que también pone de manifiesto el carácter estructural de fenómenos como el clientelismo y la fragmentación del voto. Según varios autores, el debilitamiento del vínculo entre representantes y representados es uno de los mayores desafíos para las democracias locales en la región (Mario Pérez, 2020; Eduardo Pizarro, 2016).
Además de la crisis de legitimidad y la fragmentación electoral observada en las elecciones del Quindío, hay elementos adicionales que agravan la situación de los mandatarios electos. Es una “verdad sabida” en los círculos políticos y ciudadanos de la región que, tanto el alcalde como el gobernador, electos en 2023, provienen de sectores de medianos o escasos recursos económicos. Esto, en sí mismo, no sería problemático en una democracia sólida; sin embargo, la financiación de sus campañas fue cubierta en gran parte por terceros, incluidos contratistas y negociantes, cuyas motivaciones pueden estar más orientadas a intereses particulares que al bien común.
Esta dependencia económica los convierte en mandatarios vulnerables, debilitando aún más su legitimidad y autonomía en el ejercicio del poder. Los mandatarios electos se ven condicionados a responder a los intereses de quienes financiaron sus campañas, lo que crea un escenario donde los financiadores son quienes ejercen el verdadero poder detrás del trono. El poder en la sombra, controlado por grupos de interés económico, define las políticas públicas y las decisiones estratégicas, dejando a los mandatarios como simples figuras formales. Esta realidad refuerza una percepción de que quienes gobiernan en la práctica no son los elegidos por el pueblo, sino quienes financiaron sus campañas.
La legitimidad política es esencial para cualquier gobernante, ya que garantiza el reconocimiento del poder y la aceptación de sus decisiones por parte de los ciudadanos (Andrés Díaz, 2008). En las elecciones analizadas, tanto los alcaldes como los gobernadores electos han llegado al poder con un respaldo popular muy bajo. Por ejemplo, en las elecciones para la Gobernación del Quindío de 2019 el gobernador electo logró 82.618 votos solo el 17,35% del potencial electoral y, el gobernador electo en 2023 obtuvo solo 78.841 votos, el 15,77% del total del potencial electoral, lo que significa que más del 84% de los ciudadanos no lo apoyaron. De manera similar, el alcalde electo de Armenia en 2019 obtuvo 29.078 votos, un precario 11,18 % del potencial electoral; el alcalde elegido en 2.023 alcanzó 35.703 votos, un escaso 12,94% de respaldo del potencial electoral. Como lo argumenta Armando Montenegro Dávila (2010), un bajo respaldo popular mina la legitimidad de los gobiernos locales y regionales, lo que puede comprometer su capacidad para implementar políticas de largo plazo y enfrentar crisis.
El Alto Costo de la Gobernabilidad: El Clientelismo Político
La clase política clientelista que opera desde las corporaciones públicas, como las asambleas y los concejos municipales, aprovecha esta fragilidad de los mandatarios para maximizar su influencia. La gobernabilidad en este contexto tiene un costo altísimo, ya que los mandatarios débiles dependen de alianzas con estos actores para asegurar la estabilidad política de sus gobiernos. Los políticos clientelistas extraen beneficios personales y corporativos a cambio de ofrecer su apoyo en decisiones clave, debilitando aún más a los gobernantes y manteniéndolos atrapados en un ciclo de favores políticos y económicos.
Este esquema clientelista refuerza la percepción de que los mandatarios electos son débiles tanto en lo político como en lo gubernamental. Al carecer de recursos propios y al depender de alianzas coyunturales con actores cuya principal motivación es el beneficio personal, se ven obligados a ceder continuamente ante intereses ajenos al bienestar ciudadano. Esta situación debilita la calidad democrática de la región y profundiza la desconexión entre los ciudadanos y los procesos de toma de decisiones.
Uno de los elementos más críticos en las elecciones analizadas es la fragmentación del voto. Este fenómeno tiene un impacto directo sobre la gobernabilidad (Francisco Leal Buitrago, 2006). En el caso del Quindío, la dispersión del voto entre múltiples candidatos ha hecho que ninguno logre consolidar un respaldo significativo. En las elecciones a la Gobernación de 2023, a pesar de que el gobernador electo obtuvo más votos que sus competidores, su mandato sigue sustentándose en una base electoral débil y fragmentada.
El Clientelismo como Estructura de Poder
El clientelismo, definido como el intercambio de recursos y favores por apoyo político, es uno de los mayores desafíos para la calidad democrática en América Latina (Eduardo Pizarro Leongómez, 2016). En el caso del Quindío, esta práctica se ha consolidado como una herramienta central de gobernabilidad ante la ausencia de mayorías sólidas. Los mandatarios electos, con un respaldo popular reducido, recurren al clientelismo para mantener su poder, lo que perpetúa dinámicas de corrupción y malversación de fondos públicos.
Las elecciones de 2019 y 2023 en el Quindío nos muestra que la crisis de legitimidad, la fragmentación del voto, el clientelismo y la desafección ciudadana son problemas interrelacionados que afectan profundamente la calidad democrática. Para abordar estos desafíos, es fundamental fortalecer las instituciones democráticas, fomentar una mayor educación cívica y participación ciudadana, y reformar los sistemas electorales para reducir la fragmentación y promover una representación más equitativa.
Una nota de cristal de: José Gustavo Hernández Castaño, Magíster en Ciencias Políticas
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Notas De Cristal Para Una Generación En Construcción
Referencias
- Montenegro Dávila, Armando. (2010). *La Política del Clientelismo en Colombia*. Bogotá: Editorial de la Universidad Nacional de Colombia.
- Díaz, Andrés. (2008). *Legitimidad Democrática y Gobernabilidad en América Latina*. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
- Leal Buitrago, Francisco. (2006). *El Clientelismo en Colombia: Análisis de su Estructura y Función*. Bogotá: Editorial Norma.
- Pérez, Mario. (2020). Fragmentación política y legitimidad electoral en Colombia. *Revista de Ciencias Sociales y Políticas*, 45(1), 67-84.
- Pizarro Leongómez, Eduardo. (2016). *Gobernabilidad y Clientelismo en América Latina*. Medellín: Universidad de Antioquia.